"Para nosotros es el partido más importante del año". Eso dijo Mario Salas antes del choque con San Lorenzo. El Comandante era consciente de lo que se jugaba Universidad Católica esta noche, en su tercera presentación por la Copa Libertadores. Un triunfo encaminaba una eventual clasificación a los octavos de final. De paso, dejaba nocáut a un rival duro como el Ciclón. Fue un empate de sensaciones encontradas (1-1). Luego de una primera parte floja y mala, los cruzados reaccionaron para tener un empate que les permite seguir bien aspectado en el grupo 4.

En la previa al cotejo, pocos pensaron que el primer tiempo fuera tan favorable para la visita. Como todo un estratega, el uruguayo Diego Aguirre, técnico del Ciclón, distribuyó a sus jugadores de manera tal que anularon cualquier planteamiento de Católica. Equipo corto y presión alta. Los estudiantiles no podían salir desde atrás con espacio. Por aquello, los centrales tuvieron que transformarse en la primera salida. Los pases de Maripán hacia Kuscevic se repetían, pero de manera insulsa, sin ningún efecto. ¿En qué terminaba esto? La UC perdía el balón con demasiada facilidad.

El local se veía incómodo, maniatado. Por lo mismo, la apertura de la cuenta no extraño en Las Condes. Veinte minutos y Nicolás Blandi mete un cabezazo para el 0-1. En esa jugada se evidenciaron las falencias defensivas de la UC. Parot deja abierto su andarivel para que Ezequiel Cerutti tenga pista libre para centrar. El 9 argentino se mete detrás de Kuscevic, le gana por arriba (sin hacer demasiado) a Juan Carlos Espinoza y anota. Justicia para el trámite del compromiso.

Tres minutos más tarde casi asoma el 0-2, pero el 13 de los cruzados sacó la pelota de la línea. El mediocampo lo dominó San Lorenzo durante los primeros 45', bajo el mando de Fernando Belluschi y la velocidad de Cerutti por la derecha.

La UC no se conectaba, tanto así que el Tanque Silva entraba poco en sintonía y debía bajar hacia el medio para tocar el balón. Buscando algo nuevo, Mario Salas cambió de banda a Fuenzalida con Noir, pero tampoco causó el efecto deseado. Ni el más pesimista de los fanáticos cruzados pensó en una presentación tan baja ante los campeones de la edición 2014 de la Copa Libertadores. Sebastián Torrico, el golero azulgrana, fue un mero espectador.

Otro partido

La irregularidad de San Lorenzo durante el año (de siete partidos oficiales previos, perdieron cuatro) no se reflejaba en la cancha de San Carlos. Era muy superior a Católica. Pero el café fue cargadísimo en el descanso. Seguramente, el reto en el camarín fue poderoso, porque el cambio de los pupilos de Salas se notó.

La mejoría evidenciada por el bicampeón local fue de la mano con el alza de rendimiento de Diego Buonanotte. Precisamente, el Enano fue quien empató, con un zurdazo bajo ante la estirada inútil de Torrico (50'). El primer remate al arco de los cruzados termina en el fondo del arco. Eso modifica el encuentro. Católica sube mucho su performance, tanto en lo individual como en lo colectivo. Buonanotte encontró espacio para hacer jugar al resto.

No sólo el 18 transandino, sino también Parot y Fuentes subieron en comparación a la primera parte, y aquello hizo que Católica anulara a San Lorenzo, tomando el control del balón. A diez del final, un cabezazo de Parot pasó besando uno de los postes de Torrico. Parecía ser gol.

El partido pasó de ser un monólogo a una disputa entretenida, intensa y con ambas escuadras cerca de la victoria. Al final del juego, un frustrado Santiago Silva fue reemplazado por Roberto Gutiérrez, aunque fue muy tarde para que el Pájaro hiciera la diferencia.

El sabor de boca es raro. La UC sigue invicta en la Libertadores, con una posición expectante para seguir en competencia, aunque la primera parte deja clara la irregularidad de los estudiantiles. El próximo partido del equipo será también con San Lorenzo, pero en Argentina, el martes 25 de abril.