A cuatro días del choque ante Colo Colo, en San Carlos de Apoquindo pareciera preocupar más lo que suceda después de ese partido que los 90 minutos en sí. Pasa que la continuidad de Mario Salas está más en entredicho que nunca.

La dirigencia está decidida a terminar su contrato antes de lo estipulado (diciembre de 2018). A fin de año, Cruzados hará uso de la cláusula que le permite dar por finalizado el vínculo. Una derrota ante el Cacique, eso sí, sería irresistible y podría provocar el adiós prematuro: la lectura es que el proceso no daría para más y aunque los directivos esperarían un paso al costado del DT, lo cierto es que en el entorno de él aseguran que eso no está ni cerca de cruzarse por su cabeza.

Y ahí vuelven a chocar, porque además implicaría pagarle poco más de US$ 900.000 por desvincularlo antes de fin de año, cuando pueden hacerlo unilateralmente según el contrato.

Tras la derrota con Temuco el Comandante dejó en claro su postura: "No voy a renunciar (...) No voy a cambiar mi discurso de acá a fin de año". Esas palabras topan con lo que en la concesionaria entienden sería "un gesto de caballerosidad" de parte del estratega, quien no está dispuesto a darlo. Él pretende seguir y no abandonar el buque a medio camino, dicen en su entorno.

Hoy, el gran sostén del DT es el presidente Juan Tagle. Parte de las otras voces dentro del directorio entienden que el proceso ya está desgastado y que en caso de perder con Colo Colo la situación se haría insostenible y sólo agotaría al plantel.

Claro que hay otros que dicen aún no ver la señal inequívoca de que el proceso de un técnico está llegando a su fin: las quejas ante los propios directivos de parte de los jugadores. Cuentan que ninguno les ha dicho o sugerido que Salas no debe continuar, aunque públicamente tampoco pidan su continuidad. Ayer, en conferencia, José Pedro Fuenzalida evadió responder de forma tajante al ser consultado por si quería a Salas como técnico para la temporada venidera: "A fin de año hay una evaluación. Las decisiones las toman arriba en el club para lo mejor de la institución, ellos verán qué es lo mejor. Si tenemos que irnos todos para que el club esté bien, eso es decisión de ellos (directiva)", dijo el seleccionado chileno.

Y aunque está claro que es imposible que se vayan todos, como señaló Chapita, lo cierto es que siga el Comandante o no, ya hay decisiones que se han tomado. Una de ellas es el fin de la relación con Santiago Silva. El delantero uruguayo finaliza su contrato en diciembre y es un hecho que no le ofrecerán extenderlo. "Lamentablemente, Santiago llegaba con otro cartel y no dio resultado", argumenta la regencia. Sus escuálidos cinco goles en 30 partidos jugados con los universitarios terminaron por pasarle la cuenta.

Esa es la primera decisión de Cruzados de cara al 2018. La siguiente será escoger el nombre del reemplazo de Salas. ¿Nombres? Al sabido consenso que genera Miguel Ramírez, los regentes sumaron otro candidato: Pablo Vitamina Sánchez, quien mantiene una excelente relación con José María Buljubasich. Ambos coincidieron dos veces en Rosario Central cuando eran jugadores.