El Maracaná. Ese recinto lleno de historia, ese estadio repleto de magnetismo, un templo para cualquier fanático del fútbol. Ahí, en una de las mayores atracciones de Río de Janeiro, Universidad Católica se jugaba sus opciones de continuar en la Copa Libertadores. Luego de la agónica caída en Buenos Aires ante San Lorenzo, el cuadro cruzado necesitaba salir airoso de su visita ante Flamengo para mantener la ilusión de los octavos de final. Estuvo cerca, pero no lo logró. El local venció por 3-1, complicando demasiado las aspiraciones de los chilenos en la Copa.
Para el choque contra el Rubro-Negro, Mario Salas le dio matices a su dibujo de cabecera, el 4-2-3-1. En ese sentido, el Comandante, quizás reafirmando sus convicciones, mantuvo en la oncena titular a Santiago Silva. El uruguayo, cuya entrega en la cancha no está en discusión pero alejado de las redes rivales hasta antes de la noche del miércoles, dejó en la banca a Roberto Gutiérrez, de gran performance en el clásico universitario.
A la hora de defender, la UC planteó un 4-4-1-1, con un Ricardo Noir que colaboró mucho en la defensa a Alfonso Parot, quien se transformaba en un central más cuando el local atacaba. Fueron las bandas las que escogió el cuadro de Zé Ricardo para desplegar su ofensiva, sobre todo por la derecha, con Pará, un puntero más.
Fue un cotejo abierto, considerando también la necesidad de ganar de ambos, en un apretado grupo 4. Católica no tuvo miedo en la gigante cancha del Maracaná. En el primer tiempo se acercó a la portería de Alex Muralha, aunque le faltó la puntada final. No fue precisa para definir. En los 19', tuvo una inmejorable ocasión para abrir la cuenta, pero José Pedro Fuenzalida falló de manera increíble, solo frente al golero.
Por el otro lado, Paolo Guerrero se las arreglaba para quedar de frente al arco de Toselli y percutar, pero en el primer lapso el duelo lo ganó el 1 cruzado. Se fueron al descanso sin goles, mientras en paralelo San Lorenzo se imponía sobre Atlético Paranaense, alterando aún más el grupo. Al final ganaron los argentinos 0-3.
Para el complemento, Zé Ricardo hizo ingresar a Rodinei (por el opaco Federico Mancuello) y de entrada resultó la modificación. En los 51', luego de un tiro libre que se estrella en la barrera, el relevo de los cariocas remata de zurda y deja parado a Toselli. 1-0.
Salas reacciona de inmediato. Saca a César Fuentes y pone a Carlos Espinosa, buscando una asociación con Buonanotte, algo que ante la U el pasado sábado resultó muy bien. Pero sacrificó marca.
Católica siguió empujando, pero la precisión en los metros finales no asomaba. Hasta que en el minuto 67, un centro de Fuenzalida encuentra la cabeza del Tanque Silva para un empate que ponía justicia según el trámite del encuentro. Oxígeno para el 9 uruguayo, quien le volvía a anotar a los cariocas.
La alegría no duró mucho. Luego de que la UC tuviera que rearmar la defensa por la lesión de Álvarez, quien cumplió una buena labor, Parot pasó al centro de la zaga y ubicar a Magnasco como lateral. En los 73', le dieron un espacio a Guerrero y el peruano pasó factura. Con la necesidad del resultado, Salas metió a la cancha al Pájaro Gutiérrez y salió Kalinski. Nada de marca. Todos arriba. La apuesta no resultó, porque a tres minutos del final Miguel Trauco hace el 3-1. Los cambios de Salas eran la ilusión de un remezón, pero se transformaron en un suicidio, ya que el equipo quedó partido, con muchas atacantes y nadie en el medio para la contención.
El bicampeón chileno queda último en su zona, con cinco puntos. En estricto rigor, no está fuera de la Libertadores, pero su opción es más reducida. Necesita derrotar sí o sí a Atlético Paranaense el próximo 17 de mayo para, al menos, quedar tercero y acceder a la Copa Sudamericana. Además, esperar el choque entre San Lorenzo y Flamengo, en Argentina.