La UC se aprovecha de las penurias de la U para ganarle otro clásico

Qué difícil es ser hoy hincha de Universidad de Chile. El equipo no se levanta ni siquiera cuando está jugando bien. Y así duele más perder, porque la ilusión que, en estos casos, se enciende con muy poco, se cae de golpe. Porque, también en estos casos, siempre se teme lo peor, la jugada desgraciada, el infortunio. Y casi siempre se cumple.

Ese es el dramático sino que enfrenta la U hace rato. Del que se aprovechó, con justicia, Universidad Católica para ganar en su casa por 2-0, en la ida de los cuartos de final de la Copa Chile. Así, además, suma su peor racha en clásicos: cuatro derrotas consecutivas ante los de la franja y nueve sin ganar en total, sumando a Colo Colo.

En un partido de inicio parejo y hasta mejor para los azules, bastó el error infantil de Gonzalo Jara a los 20' para que toda la planificación de Víctor Hugo Castañeda se desmorone. El defensa de la selección nacional, el tercer jugador con más partidos en la Roja, llegó con exceso de ímpetu a la marca de Fuenzalida y lo desestabilizó con el pecho. Levantó los brazos reclamando inocencia, pero la falta existió. Enrabiado, el zaguero después se ganó la amarilla por reclamar.

Nicolás Castillo, a los 21', concretó la pena máxima y la ventaja. A esa altura poco justificada, porque con un 4-4-1-1 , la U  había sacado una pequeña diferencia en el juego, con un mediocampo bien posicionado y con un Fernando de Paul que prácticamente no había trabajado.

Las miserias del cuadro del chuncho se acrecentaron a los 33'. Otra vez por culpa de Jara, cuya falta cerca del área sobre Buonanotte le significó la expulsión por doble amarilla. Todo cuesta arriba para los azules, como ha sido la tónica durante el último año y medio del club.

Castañeda reordenó su equipo sin hacer cambios y así aguantó bien hasta el descanso. De hecho, ese hombre de más no se notaba tanto. De cara a la segunda mitad, el partido aún estaba abierto.

La UC, sin embargo, entró con ganar de cerrar todo. Fuenzalida y Castillo tuvieron en sus pies el 2-0, pero fallaron en la definición. El que no se equivocó fue Buonanotte, a los 57', quien aprovechó el grueso error en el despeje de Lorenzo Reyes. Con un tiro cruzado decretó el segundo tanto de los cruzados, el definitivo.

La U se murió en el medio. El ritmo lo marcó a su gusto el conjunto local y era cuestión de tiempo para que llegara el tercero. El equipo de Salas, no obstante, bajó la velocidad. No supo jugar con  la ventaja ni tuvo el instinto asesino para sellar desde ya la llave.

Dejó abierta la esperanza de sus rivales, pensando en la revancha del lunes, en el Nacional. Esa esperanza incipiente, con la que sobreviven los hinchas azules por estos días, a la caza de un  milagro, de la resurrección que no llega.