Las últimas dos victorias habían dejado a Universidad Católica instalada en la larga lista de candidatos al título del Clausura. Casi sin proponérselo, porque públicamente habían botado el campeonato tras el fatídico 5-2 ante Audax Italiano. Pero verse tan arriba en la tabla había devuelto la esperanza en San Carlos, más allá de que la cabeza sigue estando más atenta en la Copa Libertadores.
Sin embargo, el tren de la ilusión cruzada duró poco. Y ahora sí, el ansiado tricampeonato quedó enterrado. O más bien, embarrado en Talcahuano. La derrota con Huachipato los separa demasiado de los líderes, con dos fechas por jugar. Y ahora todo el semestre parece jugarse ante Atlético Paranaense en 10 días más. A todo o nada.
Claro que a decir verdad, la UC no pareció estar jugándose el campeonato en el sur. Salvo los primeros 15 minutos, donde insinuó ese rendimiento que tuvo ante O'Higgins y la U, el resto siempre se vio superado por Huachipato. En ese periodo aprovechó de abrir la cuenta, a través de un remate de Espinosa, que contó con gran colaboración de Lampe.
Después de aquella acción, el recuento no marca mucho más. Esta vez, no apareció Gutiérrez, muy huérfano en ataque. Cordero no causó peligro por su banda y para colmo falló el único mano a mano que tuvo la delantera cruzada frente a Lampe. Entonces, salvo por algunos intentos individuales de Fuenzalida y Espinosa, el elenco universitario no apareció en ataque durante casi todo el partido
Mucho mérito también para Huachipato, que no traicionó nunca su libreto pese a la temprana desventaja. Subido a los hombros del pequeñito César Valenzuela, fue encerrando en su campo a la UC y convirtiendo en figura a Costanzo. Era cosa de tiempo el empate. Y éste llegó justo antes del descanso, tras un zapatazo al ángulo de Carlos González, que sin presión alguna dejó como estatua a Costanzo. Era lo mínimo que merecían a esa altura los acereros.
La escena no cambió demasiado en el segundo tiempo. Sin ideas, la UC buscaba a alguna individualidad que la sacara del pozo. Pero esta vez no apareció nadie. Ni siquiera Buonanotte que vino desde el banquillo logró encender una luz futbolística en un equipo que a esa altura parecía entregado.
Entonces, mientras el equipo cruzado deambulaba por el CAP, Huachipato seguía agrandando la figura de Costanzo. Pero el arquero argentino no fue suficiente para resistir el empate. Primero, Hidalgo sacó un potente remate desde fuera del área, que en el camino se desvió en Espinoza y descolocó al portero.
Ahí se cerró la historia del partido. Y de paso las aspiraciones de la UC de pelear hasta el final la opción del tricampeonato. Ya lejos de la cima, sólo le queda la Libertadores para salvar un semestre que arrancó lleno de desafíos y que con el correr de los meses se fue ensuciando. Principalmente por errores propios. Y eso a la larga siempre pasa la cuenta.