Es imposible concebir el hip hop sin rivalidades. Y si una rivalidad llega a entrar en la historia del género, probablemente implica que hubo lo que se conoce como un "diss track" de por medio. Es decir, una canción en donde un rapero le dedica a otro términos poco amigables, en donde lo último que importa es ser políticamente correcto. Ice Cube se refería con una serie de epítetos homofóbicos a sus ex compañeros de N.W.A. en No vaseline (1991); Tupac Shakur ridiculizaba el peso de The Notorious B.I.G. y aseguraba haberse acostado con su novia -de forma bastante misógina- en Hit 'em up (1996), y Jay-Z se burlaba del rapero Prodigy por tomar clases de ballet en Takeover (2001).

Considerando esos tópicos, cuando Drake se burló en octubre del rapero Kid Cudi por entrar a rehabilitación por su depresión en la canción Two birds, one stone, podría haber sido un capítulo más en la normalidad de una historia infame dentro del hip hop. Pero no era 1991, ni 1996, ni 2001. Era 2016 y la movida le valió una ola de críticas tanto de los medios, como de otros raperos y fanáticos. Incluso para un género que muchas veces se ha enorgullecido en referirse de la forma más dura posible a otros, el tomar como gracia los problemas de salud mental de una persona significó cruzar una línea.

Los casos de raperos abriéndose a tocar estos temas con seriedad han ido en aumento. Kendrick Lamar, probablemente el rapero más aclamado de la actualidad, dedicó buena parte de su disco To pimp a butterfly y de entrevistas posteriores a hablar sobre cómo ha lidiado con la depresión que le significó crecer en un ambiente dominado por pandillas y luego sentirse culpable por el éxito. Kanye West estuvo hasta hace poco hospitalizado y en evaluación psiquiátrica luego de una serie de comportamientos erráticos -más de lo normal en él-, que incluyeron la cancelación de una gira y el apoyo público a Donald Trump. En su música reciente, el rapero había hecho referencia al consumo de anti depresivos y visitas a terapeutas. Si bien West es una figura que suele ser criticada por la opinión pública, recibió múltiples muestras de apoyo por su situación.

Mientras en décadas anteriores se valoraban las muestras de dureza, hoy la realidad es distinta para el hip hop: la vulnerabilidad es un factor fundamental.

Un camino de décadas

Si bien la discusión se ha reactivado en los últimos meses en mayor parte por la situación de Kanye West, se pueden encontrar referencias a temas de salud mental desde los inicios del género. "El hip hop siempre ha hablado de problemas mentales. Si piensas en cómo partió, en el Bronx en los 70, esos eran tiempos donde se comenzaba a vivir la epidemia del crack, donde había muchas pandillas, los latinos y negros vivían en la pobreza. Entonces así surgen canciones como The Message, de Grandmaster Flash, que hace referencias al suicidio", dicen los doctores Akeem Sule y Becky Inkster, un psiquiatra y una neurocientífica de Cambridge que fundaron en Inglaterra la organización Hip Hop Psych, en donde utilizan el análisis de canciones del género para llevar la discusión de temas de salud mental a los jóvenes. "En los 90 tienes casos como la canción My mind playing tricks on me, de los Geto Boys, o el caso de DMX -quien ha admitido tener un desorden bipolar-, que a veces se ponía a llorar en los conciertos", agregan Sule e Inkster.

La canción de los Geto Boys, un grupo de rap de Atlanta, sobre las presiones de la vida de "gángsters" de la que muchos artistas solían vanagloriarse en esa época, es también apuntada por Jeff Chang, periodista autor del libro Generación hip hop, como una de las primeras señales de alusión a estos temas en el género. "Ellos solían poner atención sobre temas de salud mental a través de su arte. My mind playing tricks on me sigue siendo una de las canciones más escalofriantes de cualquier estilo", asegura.

Si bien hay más ejemplos, para los expertos la discusión sí ha evolucionado en el último tiempo, aunque más en forma que en fondo. Ben Westhoff, periodista y autor del libro Original Gangstas, dice: "Creo que esto ha cambiado fundamentalmente la última década, con artistas como Kanye West, Kid Cudi y Kendrick Lamar, pero sobre todo con West. Era un tema que en general los artistas mantenían en privado, pero ahora se están dando cuenta que a muchos les pasa y está bien hablar de aquello".

"Ahora los raperos pueden hablar sobre estar deprimidos o de sentirse vulnerables de una forma más directa que antes. La nueva generación de artistas se siente más libre de hablar de depresión o ansiedad", dicen los doctores Sule e Inkster, quienes agregan que, para los mismos fanáticos, el ver a músicos hablando de esto "los puede empoderar. Ver como alguien puede admitir tener esa condición, y aun así vivir una vida normal y poder sobresalir".

"El hip hop siempre ha sido sobre ser 'real', entonces el ser honesto y vulnerable respecto a temas de salud mental es una forma de demostrarlo. Creo que la razón por la que artistas como Eminem y Kanye West se han hecho tan populares es porque la gente se ha sentido identificados con ellos", concluye Westhoff.