Dicen que la paciencia se le acabó a Andrónico Luksic. Y que el último aumento de capital aprobado por $ 20 mil millones, que se inyectará en los próximos meses a Canal 13, es una última prueba de apoyo. Serán recursos frescos para un canal que a juicio de ex directores está hoy quebrado, con una deuda por US$ 70 millones y las líneas de crédito reventadas. Estos $ 20 mil millones vendrán a potenciar la nueva etapa liderada por Javier Urrutia, el director ejecutivo que llegó en julio de este año.
Con todos los directores renunciados y una reestructuración ad portas que no sólo implicará la reducción del número de directores de siete a tres, sino también del tamaño de la estación televisiva, se viven los últimos días de un año complejo, que ha implicado despidos -a los que se sumarán otros de aquí a marzo- y la salida de la Universidad Católica de la propiedad.
El fin de las obsesiones
Comentan que Andrónico Luksic está molesto con el devenir del canal y con las decisiones que se tomaron a nivel ejecutivo y directivo, pero que también se echa la culpa de sus obsesiones de retener rostros y ejecutivos sólo con la intención de no pasárselos a la competencia.
Pero la crisis de Canal 13 no es de ahora. Al interior de la estación señalan que partió en los últimos años del emblemático Eliodoro Rodríguez. Tras su partida, han pasado por Canal 13, coincidentemente, 13 directores ejecutivos, seis en los últimos siete años.
En la década del 2000 al 2010, si bien tuvo algunos periodos de gloria con Machos, Los 80 y realities, perdió una cantidad de recursos gigantesca y aumentó su endeudamiento en US$ 60 millones. Eso llevó a la universidad a buscar un socio, ingresando en 2010 a la propiedad Andrónico Luksic, con el 67%.
Los primeros dos años de gestión conjunta fueron rentables por un par de realities que dieron buenos resultados.
Pero luego de eso vino el golpe de la competencia. En 2012, Carlos Heller, a través de Bethia, compró Mega, provocando un nivel de competencia brutal, con una billetera que parece no tener fondo, dispuesto a todo por posicionar a su canal en el primer lugar del rating, cosa que logró gracias a las teleseries turcas a bajo costo y la incorporación del área dramática de TVN, liderada por María Eugenia Rencoret.
Canal 13 en dos años volvía así a la situación financiera de 2010. Los cuatro años siguientes fueron de constantes pérdidas ($ 4.888 millones el primer semestre de este año).
En octubre del año pasado fue la penúltima reestructuración. Cristián Bofill dejó la dirección ejecutiva y volvió a la dirección de Prensa. René Cortázar -presidente ejecutivo- puso en marcha un plan de ajuste que implicó la salida de personal del área corporativa por $ 1.300 millones, a fines de noviembre hubo un ajuste en prensa por $ 1.100 millones y en diciembre se hizo un aumento de capital por $ 10.000 millones.
Ese plan de ajuste de costos prometía que el canal ganaría $ 2.000 millones. Pero no ocurrió. Llegó junio y se dieron cuenta de que los $ 10 mil millones se habían consumido en la operación. "El canal estaba quemando caja por aproximadamente $ 1.700 millones mensuales, es decir, que la operación era $ 1.700 millones más cara de lo que le ingresaba mensualmente", señala un conocedor de la situación.
¿Qué pasó? Por un lado salía gente, pero ingresaba otra. Además -señala una fuente- se hicieron cosas que no correspondían con los tiempos. Por ejemplo, se adelantó la negociación colectiva con el pago de un bono de término de conflicto que costó $ 2.200 millones. Si bien fue una negociación por tres años, el pago se tuvo que hacer ahora, lo cual agravó la situación financiera.
Ese fue el momento en que saltaron las alarmas en la UC, lo que, además, coincidió con la ventana que se abrió para aumentar su participación a 50% o bien venderla a un tercero o Luksic. Pero la situación de julio les hizo tomar la decisión de salir, porque -según fuentes cercanas a la universidad- todo lo que se les había prometido no había ocurrido. "Ahí se generó una crisis fuerte de confianza entre los accionistas y la gestión, porque todo lo que se había prometido no se había cumplido".
¿Cómo se llegó a esto? Cercanos al canal explican que en siete años hubo seis directores ejecutivos, por lo tanto, no hubo ninguna continuidad en un proyecto, ni a mediano ni a largo plazo. Hubo un constante cambio en el diseño de estrategia y con gente que no venía del negocio. Una comedia de equivocaciones, con un alto costo.
La era Urrutia
La situación de julio gatilló la llegada de Javier Urrutia a la dirección ejecutiva y la salida de Cortázar de la presidencia ejecutiva. Alejandra Pérez asumió la presidencia del directorio, pero sin capacidad ejecutiva.
Con Urrutia se implementó el último paso del plan de Cortázar, el ajuste de lo que al interior del canal llaman "la fábrica", y se dio un paso más allá, poniendo el foco en las áreas de producción. Salió el equipo reality de Sergio Nakasone y hubo una reestructuración en el área dramática.
El desafío de Urrutia es mayor: sacar el negocio adelante y conectar al canal con el Chile de hoy. Cuentan que el primer mes de Urrutia ha sido destinado a desarmar nudos y tomar decisiones, ya que se encontró con un canal que, por ejemplo, no tenía programación para terminar el año en el horario prime, porque habían operado sobre la lógica de que Soltera Otra Vez iba a estar lista y no lo estuvo. Fue por eso que a mediados de agosto se tomó la decisión de hacer un estelar con Diana Bolocco, el cual es realizado por el equipo de Vértigo, al cual, además, se exigió que hiciera dos temporadas en vez de una al año.
El próximo martes se estrena Hola y adiós, un programa de Monserrat Álvarez, que muestra las vivencias en el aeropuerto de Santiago, y el miércoles El camino del comediante, con Fabrizio Copano. Ambos programas son realizados por el mismo equipo que hizo ¿Qué dice el Público.
Asimismo, este lunes empieza a operar Loop, una plataforma de Video en Streaming On Demand gratuita, para acercarse a la audiencia.
Fuentes del ex directorio de Canal 13 agregan que Urrutia presentó a fines de agosto un plan de trabajo, una estrategia con varias medidas de corto y mediano plazo, así como una estrategia más larga. En septiembre se comenzaron a implementar: el área deportiva pasó a prensa, y los equipos de producción comenzaron a trabajar en nuevos programas. La consigna sería sacar el máximo partido al equipo. "Todavía se están analizando los recursos no utilizados en el canal para darles trabajo o bien prescindir de ellos", comentan.
También se está viendo cuál es el contenido que se hará dentro del canal y cuál se comprará envasado, de eso depende el tamaño que tendrá el canal (al 30 de septiembre la planilla era de 933 personas). La receta programática definirá la nueva estructura de Canal 13, mientras tanto, se está a la espera del nuevo directorio.