La Vie d'Adèle, poderoso filme francés de amor lésbico, gana el Festival de Cannes
La película del director nacido en Túnez Abdellatif Kechiche, que era la favorita de la crítica y el público, obtuvo la Palma de Oro.
Rara vez se encuentran los caminos de la crítica, el público y el jurado del Festival de Cannes. En el año 1987 premiaron a Bajo el sol de Satán de Maurice Pialat y las pifias fueron tantas que el director le dijo desde el escenario al público: "Ustedes tampoco me gustan". En el 2004 todos sintieron que el galardón a Fahrenheit 9/11 era más una operación de maquillaje político. Y el año pasado, Amour triunfó con merecimiento, aunque la gran preferida de la prensa era Holy Motors de Leos Carax. Ayer todos coincidieron y la Palma de Oro fue para La vie d'Adèle, el poderoso drama de amor lésbico de Abdellatif Kechiche.
Tal fue el entusiasmo del jurado presidido por Steven Spielberg para esta cinta francesa que se rompió una regla y se decidió dar el premio mayor al realizador y a las dos actrices protagonistas Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux. En la conferencia de prensa que siguió a la ceremonia oficial conducida por Audrey Tautou, el realizador rumano Cristian Mungiu fue uno de los miembros del jurado que desechó cualquier agenda política secreta al premiarlo. "No pensamos en La vie d'Adèle como una película de lesbianas o un trabajo sobre los gays, o una proclama en ese sentido. Es tan sólo una gran película de amor, con situaciones tan reales y tan vitales que al verlas te olvidas de que estás en una sala de cine. La cinta es como la vida y era de sentido común premiarla", afirmaba el ganador de Cannes 2007.
Steven Spielberg, presidente del jurado, también habló en esos términos: "Es una gran historia de amor, más allá de que los personajes sean lesbianas o no", sostuvo. Consultado sobre si este tipo de cintas tenían alguna posibilidad de llegar a Estados Unidos, considerando su trama y su extensión de tres horas, el director dijo: "No la premiamos pensando si se verá o no en Norteamérica. La premiamos porque es una muy buena película. Estoy seguro de que se dará en Estados Unidos, tal vez no en cada uno de los estados , pero se dará".
La vie d'Adèle, favorita de los medios y del público desde un principio, relata la vida de una muchacha de una provincia francesa: desde los 17 años hasta los 27, cuando ya trabaja y ha pasado por una relación romántica devastadora con Emma (Léa Seydoux). La médula del largometraje es esa odisea de amor. Con escenas de sexo larguísimas y una actuación excepcional de Adèle Exarchopulos, La vie d'Adèle es también la crónica de la maduración sexual de la protagonista, que en principio, tiene una relación con un compañero de colegio y luego descubrirá que las mujeres son su norte erótico y emotivo.
Otro galardón que sintonizó con el gusto general de la prensa acreditada y el público fue el Grand Prix para Inside Llewyn Davis, la nueva cinta de los hermanos Joel y Ethan Coen sobre un cantante de folk fracasado (Oscar Isaac). El premio lo recibió el propio actor en representación de los hermanos Coen, argumentando que los realizadores dejaron Cannes pensando que no obtendrían ningún reconocimiento
En esta edición, definida por un muy buen nivel en general, hubo varios otros premios que no sintonizaron en absoluto con el gusto de la prensa acreditada y el público. El más evidente fue el premio a Mejor Director para el mexicano Amat Escalante, por su cinta Heli. El nombre del realizador nunca sonó entre los favoritos y su trabajo sobre el submundo del narcotráfico tuvo una modesta recepción. El caso de Escalante es idéntico al de su compatriota Carlos Reygadas, cineasta que el año pasado se llevó este mismo premio por la mediocre Post tenebras lux y que, coincidentemente, es productor de Heli.
El Premio del Jurado recayó en Like father, like son, un sorprendente y emotivo drama familiar del japonés Hirokazu Kore-Eda, mientras que el Mejor Guión lo obtuvo el chino Jia Zhangke, por la violenta A touch of sin. Otra decepción fue el galardón a Mejor Actriz para la francesa Bérénice Bejo, por Le passé, cinta del iraní Asghar Farhadi que muchos daban como la más seria contendiente de La vie d'Adèle. Le passé es un drama sin anestesia sobre la separación familiar, pero Béjo no es una de las mejores actrices de este Cannes. También causó algo de extrañeza el reconocimiento a Mejor Actor al veterano Bruce Dern por Nebraska, de Alexander Payne: aunque Dern realiza una caracterización convincente como un anciano con principio de alzheimer, Michael Douglas era el gran favorito para el premio por su desempeño en Behind the candelabra de Steven Soderbergh.
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