Huenulao, Catrilán, Curalaf, Hichapai, Cunihuanca, Lauquén. Los 6.079 apellidos mapuches se suceden sin parar en la línea de letreros LED de color rojo intenso que ilumina uno de los salones del espacio Arsenale. Son apellidos que se usan hasta hoy, y que ahora están ahí para confirmar la vitalidad del pueblo mapuche, al igual que las mil máscaras talladas por artesanos originarios que dan vida a Werken, de Bernardo Oyarzún, que representa a Chile en la Bienal de Arte de Venecia.
La muestra abre mañana a público y ayer fue inaugurado el pabellón chileno, con la curatoría del paraguayo Ticio Escobar. "Con Bernardo quisimos darle visibilidad al pueblo mapuche de una forma digna, altiva, pero no desafiante", dijo el director del Museo del Barro de Paraguay.
A cargo del Consejo Nacional de la Cultura, el proyecto fue elegido mediante un concurso público con un jurado internacional que se inclinó por la propuesta, la que hasta ahora ha tenido una cálida recepción local: revistas especializadas como Aesthetica, y periódicos como el italiano Corriere della Sera y el español La Vanguardia la han destacado. "La instalación tiene una fuerza, una presencia que nos tiene orgullosos y que coincide con el trabajo que hemos estado haciendo como Consejo de apoyar e integrar a los pueblos originarios", dijo el ministro Ernesto Ottone.
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Instalación de Anne Imhof en el pabellón de Alemania.[/caption]
Para Bernardo Oyarzún esta es una oportunidad para el pueblo mapuche de ganar visibilidad mundial. "El pueblo mapuche ha estado en constante lucha con el Estado de Chile, pero nuestro mensaje es optimista, es mirando hacia el futuro, es para reafirmar que el pueblo mapuche construye cultura, construye diversidad y formas de ver la vida diferentes", dijo el artista, quien se transformó en el quinto representante de Chile en la cita de arte italiana, desde que en 2009 debutara nuestro país con pabellón propio con la obra de Iván Navarro. Le siguieron Fernando Prats (2011), Alfredo Jaar (2013) y una colectiva de Lotty Rosenfeld y Paz Errázuriz con curatoría de Nelly Richards (2015).
Por un León de Oro
Ayer fue la jornada más concurrida de los días de recorrido para los invitados de la bienal. En el espacio Giardini, que alberga los pabellones nacionales, destaca la obra de cuatro países que ya suenan fuerte para quedarse este sábado con el León de Oro: EEUU, que exhibe lienzos, esculturas e intervenciones del pintor abstracto afroamericano Brad Bradford; Alemania, donde se presenta la performista Anne Imhof con una coreografía que hace circular al público entre los bailarines, para luego estos últimos bajar al subsuelo donde sólo una capa de vidrio los separa del espectador; Francia, con una residencia de músicos, quienes crean en vivo piezas musicales frente al público, y Australia, con la artista Tracey Moffat, quien presenta un conjunto de videos y fotografías que hablan de la migración, el asilo, la identidad y la memoria.