Los yihadistas europeos presentan en internet a Siria o Irak como un edén y cuentan la guerra como en un videojuego, una propaganda que las autoridades consideran preocupante.

Los combatientes, armados con Kalashnikov, se mandan "selfies" en los que aparecen sonrientes e inmortalizan en las fotos sus veladas en las lujosas  mansiones confiscadas por el grupo Estado Islámico (EI). Unas noches en las que  no faltan las pizzas. 

Las imágenes destilan una imagen idealizada de la yihad en la que la  ideología queda relegada a un segundo plano.

Estos jóvenes europeos describen su día a día utilizando los códigos de su  generación, ultraconectada con las redes sociales. Y utilizan su lengua materna  con el fin de reclutar para el grupo EI "que está aquí para sacrificar su  dinero y sus soldados".

Así lo decía el francés Abu Abdala G., un apuesto yihadista que pasó por el  Reino Unido y España. En Siria, rodeado de niños, afirmaba querer "ayudar a los  pobres".

Un cariz humanitario que nada tiene que ver con las fotografías de cabezas  decapitadas que publicaba en su cuenta de Facebook. Su perfil contaba con unos  4.000 "amigos" cuando murió en julio. 

La radicalización "surge del encuentro entre un joven muy sensible que se  hace preguntas sobre las injusticias y un discurso que lo transforma en  salvador de la humanidad. El adoctrinamiento comienza casi sistemáticamente por  internet", explica Dunia Buzar, directora del Centro de Prevención contra las  derivas sectarias vinculadas al islam en Francia.

ENROLAMIENTO DISCRETO

En Francia, "dos tercios de las personas que se han autorradicalizado a  través de internet no estaban fichadas por los servicios de inteligencia y los  casos prosperan como champiñones, afectando cada vez más a las mujeres",  explica una fuente policial.

"La instrucción religiosa ya no es necesaria. Lo demuestran mensajes del  tipo 'me importa un bledo el islam, voy a hacer mi yihad'. Los radicales  prefieren vender el EI como un nuevo edén, donde el dinero corre a raudales",  estima una fuente policial.

Como la organización necesita combatientes, el enrolamiento usa el estilo  de los videojuegos y se inspira en el célebre "Call of Duty", multiplicando los  videos de combates y de ejecuciones sumarias.

Las redes sociales se han convertido en un instrumento de proselitismo que les permite dar consejos prácticos para viajar sin suscitar sospechas entre sus  familiares y las autoridades. 

El primer contacto físico de la mayoría de los europeos con un yihadista se  produce después de haber cruzado la frontera turca con Siria.

Este enrolamiento virtual, muy discreto, complica el trabajo de los  servicios de inteligencia.

La creación en Francia de la nueva Dirección General de la Seguridad  Interior (DGSI) tiene como objetivo sobre todo el reclutamiento de ingenieros  para mejorar la detección en internet de estos candidatos y de los reclutadores.

Las grandes redes sociales no vigilan pero cierran las cuentas que  incumplen las condiciones de utilización, especialmente en el caso de  incitación a la violencia, nada más detectarlas. 

Entonces empieza el juego del gato y el ratón, que consiste en reabrir la  cuenta con otra identidad, que será de nuevo cancelada.

El 24 de septiembre, una reunión en la cumbre del Consejo de Seguridad de  la ONU se centrará en la amenaza de los yihadistas extranjeros que operan en  Siria y en Irak.

Estados Unidos espera que el encuentro desemboque en una resolución  vinculante que "fije un marco legal" para evitar los alistamientos.

EXPERIENCIA ALEMANA

Alemania ya se ha dotado el viernes de armas jurídicas que prohíben la  comunicación por texto, por imágenes o sonido de todo lo relacionado con el  grupo EI, sobre todo en las redes sociales.

Hoy mismo, el jefe del espionaje alemán, Hans-Georg Maassen, alertó del creciente uso de aplicaciones de telefonía móvil para reclutar a nuevos militantes del yihadismo como WhatsApp e Instagram. 

"Se usa el llamado 'yihadismo romántico' para trazar una cercanía virtual con individuos calificables como proclives a dejarse tentar y, a partir de ahí, ganarse su confianza", indicó Maassen, jefe del departamento de Protección de la Constitución o servicio de espionaje de Interior.

De acuerdo con su departamento, el uso de esas vías están superando rápidamente al de las redes sociales como Facebook o Twitter, hasta ahora los métodos más utilizados tanto para reclutar militancia como para recaudar fondos con que financiarse.

Dicho departamento estima en unos 400 el número de alemanes o ciudadanos residentes en Alemania que han sido reclutados por el yihadismo, de los cuales unos 130 han regresado al país después de haber pasado por campos de entrenamiento del radicalismo islámico.