La directora ejecutiva del FMI, Christine Lagarde, considera que, si hubiera habido más mujeres al frente de la economía, las cosas habrían sido diferentes porque una parte del origen de la crisis financiera fue un exceso de testosterona.

"En esa época en el mundo financiero había una emulación malsana sobre fondo de excesiva testosterona", señaló Lagarde en una entrevista publicada por la versión francesa de la revista Vanity Fair.


"Las mujeres no son mejores que los hombres, son diferentes, somos diferentes. Cada cual tiene que aportar su diferencia. El hecho de que las mujeres hayan estado con demasiada frecuencia en situación de minoría les da otro enfoque. Y la confrontación de puntos de vista es lo que permite llegar a las buenas decisiones", dijo.

Por eso, Lagarde defiende la feminización de los puestos directivos en el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) -actualmente las mujeres son la cuarta parte, aunque en el total de la plantilla representan el 48,9%-, pero también en los consejos de administración de las empresas.

Consultada sobre su relación con la canciller alemana Angela Merkel, otra mujer en un puesto de responsabilidad internacional, la que fuera ministra francesa de Finanzas hasta su nombramiento en el FMI en julio de 2011, respondió que se entienden bien.

La canciller "es fascinante: a la vez muy accesible, atenta a los detalles personales. Pero no vayan a creer que hablamos de trapitos. No es para nada su estilo", indicó Lafarde.

Para ejemplificar lo que puede ser una gestión femenina de una institución de importancia, citó el caso de la presidenta de la Reserva Federal estadounidense, Janet Yellen, que desde tomó el cargo en enero "provocó inmediatamente un cambio de tono (...) con más escucha, más humanidad".

Sobre la situación económica en Europa, la directora del FMI dijo que "las reformas estructurales deben volverse a convertir en una prioridad".