El ciclista estadounidense Lance Armstrong, acusado de dopaje, reconoció este viernes haber vivido "dos semanas difíciles" ante los invitados de Livestrong, la fundación de lucha contra el cáncer y cuya presidencia dejó el miércoles.
"Ha sido un interesante par de semanas", dijo Armstrong de acuerdo a un reporte en el diario de su ciudad, el Austin American-Statesman. "Han sido dos semanas difíciles para mi y mi familia, mis amigos y esta fundación".
El deportista habló así por primera vez en público desde el 10 de octubre, cuando la Agencia estadounidense Antidopaje (USADA) lo acusó de participar "en el más sofisticado, profesionalizado y exitoso programa de dopaje que el deporte jamás haya visto".
El ciclista, que podría ser prohibido de por vida y perder sus siete títulos en el Tour de Francia, no se refirió sin embargo al informe de la USADA.
Al tiempo que una serie de grandes marcas deportivas que patrocinaban a Armstrong anunciaron el fin de su apoyo, el ciclista dejó la presidencia de la fundación Livestrong para protegerla del escándalo.
Pero el viernes por la noche Armstrong, de 41 años, pudo relajarse ante 1.500 seguidores más interesados en su papel de activista contra el cáncer.
El acceso a la gala fue estrictamente controlado y el American-Statesman citó al ciclista en un emotivo discurso para alentar la lucha sin pausa contra la enfermedad. "La misión es más grande que yo. Es más grande que cualquier individuo, dijo Armstrong.