"El valor del atlas para mí es incalculable. Consta de doce partes que contienen 66 capítulos. Decenas de investigadores de los países antárticos colectaron datos durante 10 años y luego trabajaron otros cuatro para ordenarlos, clasificarlos, y hacer los mapas para plotear (imprimir) su distribución geográfica en el inmenso océano Antártico o Austral", dice Anelio Aguayo, experto en cetáceos del Instituto Antártico Chileno (Inach). Aguayo es uno de los 147 científicos que participaron en la elaboración de Atlas Biogeográfico del océano Austral, dada a conocer ayer en Auckland, Nueva Zelandia, en el marco de la Open Science Conference 2014, organizada por el Comité Científico de Investigaciones Antárticas (SCAR).
El documento contiene 100 fotografías en color y 800 mapas que registran la vida de más 9.000 especies, desde microbios hasta ballenas. En el texto, los científicos examinaron la evolución, el entorno físico, la genética y el posible impacto del cambio climático sobre los organismos marinos en la región.
La publicación es el primer gran esfuerzo científico por compilar toda la vida Antártica desde 1969 y en su elaboración participaron científicos de 91 instituciones en 22 países, entre ellos Chile.
Aguayo trabajó junto a Jorge Acevedo Ramírez, del Centro de Estudios del Quaterinario Fuego-Patagonia y Antártica y otros diez científicos en el capítulo ocho del atlas, el de las especies de Aves y Mamíferos Marinos.
"Cada especie lleva un mapa con su distribución geográfica, donde se hace hincapié en las latitudes y longitudes en las que se han registrado la mayor parte de los avistamientos, lo que los ecólogos denominan 'hot spots', lugares de gran interés ecológicos y de conservación", explica Aguayo.
Otro chileno que conoce de cerca la gestación del atlas es Víctor Gallardo, del departamento de Oceanografía de la U. de Concepción, quien en 2010 fue parte del Programa Censo de la Vida Marina Antártica. "La obra demuestra que la Antártica es un centro de especiación, es decir, donde se generan nuevas especies que luego se distribuyen por los océanos adyacentes a través de las corrientes", explica Gallardo.
Claude de Broyer, del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales y uno de los editores del atlas, dijo en un comunicado que "esta es la primera vez que todos los registros de la singular biodiversidad marina en la Antártica, desde los inicios de su exploración en los días del Capitán Cook, se han recopilado, analizado y asignado por la comunidad científica. El resultado ha sido un atlas completo y una base de datos accesible sobre la conservación de la vida marina de la Antártica".
Los datos y opiniones de expertos incluidos en el atlas ayudarán a elaborar políticas de conservación incluyendo áreas marinas protegidas.
Anémona: Posee largos tentáculos para capturar su alimento.
Calamar juvenil: Captado cerca de las islas Georgia del Sur.
Elefante marino: Especie joven fotografiada en la isla Marión.
Crustáceo copépodo: Habita entre los mil y 4 mil metros de profundidad.
Pingüino adelaida: Es una de las dos especies de pingüinos del continente.
Algas marinas: Desmarestia antarctica e Himantothallus grandifolius.
Centolla antártica: Ejemplar captado en el mar de Ross