Un total de 202 recetas culinarias de los monasterios españoles componen el libro "La cocina del monasterio", un trabajo del periodista Antxon Urrusolo muy útil "en tiempos de precariedad y crisis" como la actual.
Este libro, "La cocina del monasterio. Recetas para el cuerpo y el alma", presentado hoy en Vitoria (España), es además de un recetario un compendio de mitos y leyendas culinarias y un viaje de búsqueda de los secretos de las cocinas de los monasterios y conventos.
LIBRO
Según explica en su introducción el autor del libro éste es "una propuesta de paso lento frente a la velocidad, una apuesta decidida por el ´slow food´ frente al ´fast food´, un elogio del cocinar despacito, un itinerario donde el viajero pueda pararse, contemplar, escuchar y pedir posada, mientras en el puchero (sopa) cuece, a fuego lento, el plato de cada día".
Urrusolo explicó hoy en la presentación del libro, en el pórtico de la Catedral de Santa María, que su compendio es una "alternativa de ocio espiritual, una invitación a la mesa y a la tranquilidad" y a compartir, porque "no hay nada más triste que comer solo y deprisa".
El libro tiene un capítulo dedicado a las sopas de convento y monasterio, otro a ensaladas y frituras, un tercero a la cocina del huerto monacal, a los guisos, a los arroces, a los huevos de corral, a los pescados, a las carnes y, como no, a los dulces de convento, así hasta nueve.
COCINA MONACAL
Urrusolo explicó que la cocina monacal es una cocina "contra la crisis", porque los conventos siempre han estado en crisis, una elaboración "del avío, del apaño, de lo que hay alrededor".
También es una cocina que, para los momentos especiales, "de lo mínimo se hace lo máximo, del guiso hecho con lo que haya hecho arte".
Recordó que buena parte de la cocina tradicional española tiene su origen en la comida monacal, porque fueron los monjes los que elaboraron los primeros recetarios y los que, además, los escribieron.
CREATIVIDAD
Durante la presentación del libro, el abad del monasterio de San Pedro de Cardeña, Jesús Madorrán, habló de la importancia de la "imaginación" en la cocina.
Recordó que en los monasterios y los conventos es casi obligado los 365 días del año que el primer plato sea una sopa, por lo que "hay que estrujarse las meninges para que los hermanos no se aburran".
El cocinero del monasterio de Gaudalupe, fray Juan Luis Barrera, elaboró su famoso bacalao Felipe II en el restaurante Sagartoki de Vitoria, donde junto con el cocinero Senen González, preparó un menú con una salsa muy elaborada, un gazpacho blanco, unos aperitivos y un sorbete de guindas.
La elaboración de este libro nació del primer encuentro de cocina monacal celebrado en Vitoria hace unos dos años, en el que representantes de veinte monasterios de toda España se reunieron para cocinar e intercambiar recetas.