La industria de las telenovelas locales ya acumula décadas, pero hasta ahora no había un texto que se dedicara a analizarlas. Y esa fue precisamente la tarea que el equipo de académicos de la Universidad Católica conformado por Valerio Fuenzalida, Pablo Corro y Constanza Mujica se propusieron en su libro Melodrama, subjetividad e historia en el cine y televisión de los 90, que sale a la venta en marzo y que es parte de su continuo estudio sobre la ficción en TV. Aquí algunas de las conclusiones del volumen.

IDENTIDAD PROPIA
El texto explica que durante los 90, las teleseries chilenas se diferenciaron de sus pares latinoamericanas, ganando una identidad particular. "Evolucionó desde el melodrama tradicional hacia la incorporación del humor de comedia, tono emocional más apropiado para el descanso en ese horario de convocación familiar. Además, mejoró su calidad técnica y profesional en su realización, con lo que la audiencia la fue diferenciando de otras producciones latinoamericanas".

LA VENGANZA
Aunque el texto reconoce que el tema de la venganza estuvo presente en los 80, en los 90, apuntan, se hace casi ubicuo. Así, Marrón Glacé  (1993), Villa Napoli (1991, Canal 13) y Romané (2000, TVN), por nombrar algunos, abordan el asunto. "La venganza es para todos estos personajes un deber del que han tratado de escapar, a veces físicamente viajando, pero también emocionalmente a través del olvido. Pero la memoria siempre los alcanza", explican. Y agregan: "la venganza es vista como una empresa fallida". Y los que la buscan son castigados.

LA LECTURA TRAS FUERA DE CONTROL
Según el libro, la teleserie de Pablo Illanes que tenía a Silvana (Ursula Achterberg) volviendo a vengarse del grupo de amigos que le arruinaron la vida, "se convierte en una reflexión sobre los nudos centrales de la transición política y social del Chile de los 90: el dolor, el daño y la tortura frente a la disyuntiva entre la venganza y la reconciliación". "Es como un síntoma neurótico de un daño que permanece encriptado en el Chile de la transición", explican.

LA ESCENA CLAVE DE PAMPA ILUSION
La escena final de Pampa Ilusión (2001, TVN) que su director, Vicente Sabatini, bautizó como el éxodo, no sólo resuelve y resume todos los conflictos que se vieron en pantalla, además "es un comentario sobre el poder y sobre Pinochet, que es una lectura que nosotros teníamos muy clara". Se cita a Sabatini, que agrega que "había que dar cuenta del fin de una época. De la marcha de una generación a buscar un destino y un futuro en otra parte".

PERSONAJES SECUNDARIOS POTENTES Y POLEMICOS
Otra cambio de las teleseries de los 90 es que los personajes secundarios aumentan, cobran mayor relevancia e independencia y son, además, los encargados de abordar las temáticas más polémicas de las producciones.  "Son las historias secundarias las que son identificadas como rasgos peculiares, epocales y de debate social", aseguran.

CAMBIA EL PAPEL DE LOS JOVENES
En esta década debutaron y se hicieron tendencia los protagonistas jóvenes. Aunque TVN inauguró el asunto con Amame (1993), Canal 13 lo profundizó con guionistas nuevos que produjeron títulos como Adrenalina (1996),  Cerro Alegre (1999), Playa Salvaje (1997) y Marparaíso (1999). "En todas ellas los protagonistas tinen menos de 25 años y pertenecen a espacios sociales específicos y novedosos: pizzerías, discoteques, el surf.