A los 32 años, Mark González luce un currículo envidiable para cualquier futbolista. Desde su debut en Universidad Católica, en 2002, bajo la dirección de Juvenal Olmos, su carrera fue en permanente ascenso. Dos años después, y con un título con la UC como antecedente, fichó en el Albacete, de España. En el club hispano disputó 20 encuentros y marcó cinco goles. Sin embargo, ahí también sufrió la primera lesión grave de su carrera: la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Estuvo en recuperación durante nueve meses.
Pese a la dolencia, sus condiciones lo mantuvieron en la mira de clubes de primera línea en el Viejo Continente y le permitieron dar, en 2005, el salto más trascendente de su trayectoria: su llegada al Liverpool, uno de los clubes más importantes de Inglaterra y Europa. Eso sí, en Gran Bretaña no pudo jugar rápidamente, pues problemas burocráticos para obtener la visa de trabajo, dado que la norma local exige fichar a jugadores que integran las 70 mejores selecciones del mundo, lo obligaron a volver a España, en calidad de préstamo, a Real Sociedad. En el equipo vasco, su aporte fue clave para evitar el descenso: anotó seis goles en 16 partidos.
En 2006 volvió a Anfield Road. Jugó 25 partidos y marcó dos goles. Un año después, sin regularidad, fichó en Real Betis, desde donde, dos años más tarde, lo adquirió CSKA Moscú, a cambio de un millonario contrato y US$ 12 millones para su anterior club.
En Rusia, su rendimiento fue bueno hasta que una extraña lesión abortó los planes. En 2010 jugó 33 duelos y marcó seis goles. Al año siguiente, anotó un gol en siete encuentros. Una grave lesión en la cadera lo marginó de las canchas por un año y un mes. Debió someterse a tres cirugías. En la temporada 2012-13 volvió a jugar, después de superar un síndrome compartimental. Jugó doce partidos en una campaña en la que su club sumó la Premier, la Supercopa y la Copa local.
En 2013, decide volver a Universidad Católica, a la que defendió sólo en nueve oportunidades. Este año emigró a Sport Recife, de Brasil, con un magro recuento: 19 partidos y un gol.
Con la Selección debutó en 2003, en un amistoso frente a Honduras. Integró el plantel que ganó la Copa América Centenario este año y actuó en dos partidos. También disputó cuatro duelos en el Mundial de Sudáfrica. Le anotó a Suiza, tras un centro de Esteban Paredes, con quien se reencontrará en Macul. En las actuales Eliminatorias suma participación en tres compromisos, sin goles.