"Lo que haremos será simple: respetaremos el principio de presunción de inocencia mientras dure cualquier investigación judicial". La frase, pronunciada ayer por el senador UDI Hernán Larraín en su primer discurso tras asumir la presidencia de la colectividad, fue una de las más aplaudidas de la jornada.

Desde el podio de un salón del hotel Crowne Plaza, y ante los miembros del consejo general del partido -máxima instancia resolutiva de la UDI- el nuevo timonel, proclamado tras lograr una lista de consenso la tarde del viernes, reafirmaba lo que minutos antes habían aprobado por unanimidad los consejeros gremialistas: el partido no aplicará sanciones a sus militantes investigados por la justicia en el caso Penta. Acto seguido, el timonel explicó que sólo una vez que los tribunales establezcan sentencias, el partido definirá si se aplica algún tipo de sanción.

Así, se zanjó una de las mayores interrogantes previas al consejo general, y se definió que la mesa que liderará Larraín mantendrá la doctrina que había adoptado la directiva anterior, encabezada por Ernesto Silva.

Si bien hace unas semanas Larraín había deslizado cuestionamientos a esa postura, e incluso llamó a que el senador Iván Moreira -investigado en el caso Penta- dejara su cargo como vicepresidente, finalmente terminó cuadrándose con la doctrina impulsada por Silva y el ex senador Jovino Novoa de no aplicar sanciones a los militantes investigados. El miércoles ya había dado señales en esa línea. Esto, en desmedro del ala disidente, liderada por el alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, que apuntaba a radicar las responsabilidades políticas por el caso Penta en los involucrados, aplicando el diseño del "caiga quien caiga".

Esa disidencia no se vio reflejada en el voto político aprobado ayer, texto que, junto con reafirmar el "apoyo, respaldo y solidaridad" con los militantes investigados, establece que "aún reconociendo que las responsabilidades judiciales son personales, creemos que, de haber responsabilidades políticas, éstas son del partido en su conjunto". Una vez finalizado el cónclave gremialista, Novoa afirmó que "con la mesa elegida, con el voto político y con el discurso de Hernán Larraín, la UDI demostró que es un partido de convicciones y de líderes que saben enfrentar los momentos difíciles. Creo que esto ha sido un triunfo de la UDI, y me voy muy satisfecho". Y agregó que "siempre me he sentido respaldado por la UDI".

De la Maza, en tanto, se retiró apenas terminó el debate a puertas cerradas -en el que realizó una intervención de 15 minutos llamando a una reflexión- y no se quedó para la aprobación del voto político.

Una disidencia pública del edil habría forzado que el texto fuera sometido a votación, lo que finalmente no ocurrió. En tanto, el senador Víctor Pérez, quien también había expresado cuestionamientos a la manera de enfrentar la crisis, se retiró apenas terminó el consejo general.

"No más francotiradores"

Otro de los puntos destacados en el voto político es el llamado a la lealtad y la unidad interna del partido. "Es fundamental deponer toda legítima diferencia", dice el texto, que indica que "las inquietudes se deben ventilar internamente y nunca más deberíamos enfrentar francotiradores de nuestras filas o filtraciones de ninguna especie sin que ellas sean sancionadas con energía". Este último punto -refrendado por Larraín en su discurso- alude a evitar que trasciendan discusiones privadas en instancias internas del partido.

Esto fue interpretado como un cuestionamiento al ala disidente. Al respecto, el nuevo timonel aclaró que esas palabras no iban dirigidas a todo el sector disidente, sino que puntualmente a "personas que no hacen críticas razonables o responsables, a quienes, en forma destemplada, de manera inoportuna o con lenguaje inadecuado, no contribuyen a la unidad del partido".