A Elena Benavides y Verónica Torres se les ve felices. Acaban de recibir la casona que albergará la próxima versión de Casa Cor Perú en septiembre próximo. Con gran ímpetu y energía, las organizadoras y dueñas de la reconocida franquicia brasileña en Lima recorren el enorme edificio estilo Tudor construido a comienzos del siglo XX. La casa, diseñada por el arquitecto Ricardo J. Malachowski, uno de los más importantes que ha tenido Perú, está ubicada en Barranco, un antiguo barrio limeño que hoy destaca por su emergente vida cultural. Un distrito que atrae a ambas como un imán por su pasado de balneario elegante y posterior centro de la vida bohemia limeña que terminó con el terremoto del año cuarenta y que hoy vuelve a atraer a artistas, diseñadores e intelectuales. De hecho, en los quince años de historia de Casa Cor Perú ya son seis las casas que la dupla ha restaurado en Barranco. Sin ir más lejos, la versión anterior se realizó en la casa Rosell Ríos, un trabajo sobresaliente en restauración patrimonial.

Se hace difícil pensar en que la actual mansión logrará estar lista el 24 de septiembre, fecha en que se inaugurará la exhibición que durará hasta el 1 de noviembvre. Pero todo indica que sí, que hasta ahora la dupla de organizadoras lo consigue siempre y, además, con buenos resultados. Algo que se constata al observar cómo, mientras recorren los deteriorados jardines, piden a sus colaboradores –los mismos que las acompañan hace años en su labor de rescate arquitectónico– que desmalecen aquel sendero o tal y cual muro. Todo mientras conversan animadamente entre sí y se entusiasman pensando en las potencialidades de cada espacio y en el decorador o paisajista que será el elegido para intervenir cada uno de los lugares. El desafío no es menor, en especial al pensar que la mansión fue la residencia de Guillermo Billinghurst, alcalde de Lima y presidente de Perú.

Ambas se ríen al recordar las decenas de anécdotas vividas durante los años que llevan trabajando juntas recuperando espacios históricos de la capital. Así como esta vez, cuando por casualidad encontraron dos crías de gallinazos –un ave rapaz de gran tamaño– que vivían despreocupadamente en una de las torres de la mansión. "Esto no es nada. Una vez hallamos un grupo de murciélagos en la habitación que decidimos sería nuestra oficina. El olor que expelen los gallinazos es ínfimo comparado con los roedores voladores. Pero estos sorpresivos descubrimientos son también parte del encanto de nuestro trabajo", afirman.

LAS NUEVAS TENDENCIAS
Su pasión por el diseño las ha llevado a impulsar un modelo basado en dos premisas: la sustentabilidad y lo local. La primera se basa en el uso de materiales reciclados, iluminación de bajo consumo energético y conciencia ecológica. "Entre los más de sesenta diseñadores y decoradores que participan anualmente en este evento y que rotan año tras año hemos podido observar una gran cantidad de jóvenes dedicados al reciclaje. Nosotras apoyamos esta tendencia", cuentan.

Respecto a lo local, las organizadoras comentan que el uso de productos peruanos es otro requisito importante. Para ellas, impulsar el diseño nacional es un objetivo claro dentro de Casa Cor, el que se ve reflejado en las propuestas de los diseñadores. Asimismo, la artesanía y los trabajos derivados de los oficios tradicionales están siempre presentes en la muestra y se les otorga un lugar especial. En ese sentido, Elena y Verónica apoyan las iniciativas de aquellos decoradores que le dan una vuelta de tuerca a la artesanía tradicional y la incorporan como materia prima en sus diseños modernos. También hay otros participantes que exhiben piezas típicas como los toritos de Pucará de Puno entre medio de muebles de corte minimalista.

LLEGAR AL CENTRO

"Soñamos con poder llevar nuestro trabajo al centro de Lima porque ahí sí que hay un banquete de casas", comenta Elena. "Tenemos ofertas para el próximo año", cuenta Verónica, quien espera que la implementación del Metropolitano –el plan de transporte público que se está llevando a cabo en Lima y que equivale a nuestro Transantiago– acerque al público de Casa Cor a las maravillas arquitectónicas de la capital peruana. "Aquí encuentras casonas del siglo XVII al XIX, llenas de patios y espacios increíbles. Pero lo primero es asegurar a los visitantes buenos accesos, estacionamientos y sobre todo seguridad", afirma Elena.

Entre sus proyectos emblemáticos destacan la restauración del edificio de la Climática de Varones, lugar que acogía a jóvenes con problemas respiratorios. Hoy el inmueble alberga las oficinas de las Naciones Unidas. Luego de ese trabajo, su desafío se centró en remodelar la Climática de Mujeres, lugar que se habilitó como colegio para niñas. No sólo se arregló la iglesia, sino también la terraza, la antigua piscina y el edificio general.

Ambas coinciden en que el proyecto de responsabilidad social es muy importante, ya que Casa Cor es un evento cultural y sobre todo de beneficencia.

Un modelo que quieren replicar en otros edificios y áreas de la capital peruana y que, al parecer, pronto llegará a Chile.