Las apuestas en línea... una afición de hombres sobre 20 años

La mayoría son futboleros que apuestan más bien los fines de semana, que están en la universidad o son ejecutivos y no superan los 35 años. En los últimos 12 meses se duplicaron las inscripciones de chilenos en estos sitios.




Roberto Jacob Helo se hizo famoso en los 70 y 80 cuando una increíble sucesión de suerte y pericia lo hizo acreedor del apodo de "El Mago de la Polla Gol" después de ganar 312 veces el juego de apuestas. Su popularidad fue tal que diarios, radios y canales de televisión comenzaron a publicar sus cartillas y empezó a dar consejos en agencias a miles de chilenos que semana a semana soñaban con llevarse el premio gordo del más importante juego de apuestas deportivas de la historia nacional.

Hoy la Polla Gol ya no existe y los apostadores utilizan nuevas plataformas para jugar con sus pronósticos. Uno de ellos es Fabian Torreblanca, quien desde su casa en Salamanca, IV Región, gana por semana más de un millón de pesos en apuestas. Lo suyo son casas de apuestas deportivas online extranjeras (como las páginas bet365, Sportingbet y Bwin). Lo suyo y lo de muchos, porque están apareciendo más chilenos que han empezado a apostar en estos sitios atraídos por la versatilidad en los tipos de apuestas, competencias, montos y plazos que entrega esta plataforma ya consolidada en países como Inglaterra y España, y que en Estados Unidos logró ganancias por 2.600 millones de dólares en 2012.

Los apostadores de por estos lados son en un 70% hombres de entre 20 a 35 años, preferentemente universitarios y ejecutivos jóvenes, que en su mayoría se sumaron este año a la moda.

Y les gusta apostar los fines de semana y los martes o miércoles en partidos de fútbol de Champions League o copas sudamericanas, y también en competencias de tenis y boxeo. "Son entre dos mil y cuatro mil personas. El año pasado eran entre mil y mil quinientos", dice Patricio Broerse, consultor para Latinoamérica en apuestas deportivas que ha analizado al grupo nacional y creó la página clubapuestaschile.cl.

Del casino al computador

Gonzalo Abarca (28) es uno de los que se enroló en las apuestas deportivas este año. Aunque lo suyo es social, el periodista viñamarino apuesta sobre la base de los datos que salen de un grupo de WhatsApp que tienen con sus ex compañeros de colegio. "Nos gustaba ir al casino y jugar póker los fines de semana, ahora nos entretenemos en estas páginas”, cuenta Abarca, que tiene un récord de ganancias de 700 dólares por semana.

Aunque no todos ganan como Abarca o Torreblanca. Al contrario, la participación de los apostadores locales es más bien humilde, con montos bajos: la media gasta en promedio entre 30 y 50 mil pesos al mes. ¿Lo máximo? "Desde dos a cinco millones de pesos, pero es otra categoría de jugadores vip", agrega Broerse.

¿Qué explica la popularidad de este tipo de sitios? Que entregan un "plus" a los partidos. "En mi caso, entro por la adrenalina que genera apostar y la entretención en partidos que si no no lo serían", dice Abarca. Parte del éxito también se explica en los distintos tipos de apuestas: se puede hacer la clásica por el ganador, pero también participar en el modo 'live' (apostando mientras se ve la competencia) o buscar adivinar combinaciones más extrañas. "Puedes jugar desde un mínimo de 200 o 300 pesos, apostando la cantidad de córners, goles, tarjetas amarillas o goles por minuto mientras ves los partidos", dice el estudiante de tecnología médica Sergio Núñez (21).

Para estos apostadores hay dos eventos que son los principales: la final de la Champions League (a nivel mundial) y los partidos de la selección chilena (para los nacionales). Ahí es donde la habitual comunicación online entre ellos, por WhatsApp o en grupos de Facebook, se vuelve presencial. Los jugadores se reúnen en asados donde miran el partido y apuestan en simultáneo. Por ejemplo, en el último partido de la selección, Núñez vivió su mejor jornada: apostó a la selección y ganó 400 dólares en un día.

Otro de los atractivos de este sistema es que si las proyecciones comienzan a caer en el error, las apuestas pueden ser cambiabas en simultáneo al desarrollo de los partidos. Andrés (ingeniero, 29 años), hincha de la Universidad de Chile, explica que "muchas veces uno está viendo un partido, piensa 'acá viene el gol' y decide apostar por el teléfono. Si estoy viendo a mi equipo y anda mal, le apuesto en contra", detalla.

A Roberto (ejecutivo, 29) le pasa algo similar. Cuenta que apuesta montos mínimos (máximo dos dólares por jugada) en aspectos más detallistas de deportes como fútbol, tenis de mesa, voleibol playa o tenis, es decir, apuesta a cosas como qué jugador marca primero 5 puntos o cuántos goles o puntos de ventaja habrá. ¿La razón? "Me permite ver deporte y darle algún sentido: la obligación de abanderizarme no por el que me gusta, sino por el que más me hará ganar", justifica.

Cautela

Aunque no todo es llegar y apostar. Estos jugadores saben que tal como pueden ganar grandes sumas, las pueden perder. Por eso se preparan. "Dedico una hora y media a analizar antes de apostar, cuando son partidos importantes de tenis estoy unas cinco horas viendo partidos", dice Núñez, que se ha transformado en una especie de 'educador' de estas páginas. Así es como ha hecho entrar a siete amigos a los juegos, incluso a su papá. A todos les explica que no se vuelvan locos. "Una vez un amigo empezó a jugar y apostaba a partidos de equipos que nunca había visto. Por ejemplo, de China. Perdió varias lucas altiro", cuenta. ¿El consejo? A veces es mejor pasar y apostarle a 'caballo conocido'.

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