Durante los 30 años previos a su muerte ocurrida en Manhattan en 1994, Jacqueline Kennedy no dio entrevistas y se negó a escribir un libro de memorias. Pocas de sus cartas han sido publicadas o vendidas en subastas y menos aun han revelado mucho sobre su vida o su relación con el Presidente John F. Kennedy. De ahí el interés que ha despertado el remate que la casa irlandesa Sheppard efectuará el próximo mes de 30 misivas que la ex Primera Dama de Estados Unidos escribió a un sacerdote irlandés durante 14 años, donde revela lo que sentía acerca de las ambiciones políticas de su marido, la pasión de éste por las mujeres y su asesinato en Dallas, el 22 de noviembre de 1963.
El diario The Irish Times tuvo la exclusiva de las 130 páginas de correspondencia que Jackie mantuvo entre 1950 y 1964 con Joseph Leonard, sacerdote católico del colegio All Hallows, en Dublín, Irlanda. Las cartas van desde antes del matrimonio de la joven estadounidense con JFK, entonces figura en ascenso en la política hasta la muerte de Leonard, acaecida en 1964.
La casa irlandesa Sheppard pondrá a la venta el 10 de junio estas cartas recién descubiertas en Durrow (centro de Irlanda) por un precio estimado de entre US$ 550.000 y US$ 1,65 millones.
Jackie Kennedy conoció al religioso en 1950, cuando ella tenía 21 años y el sacerdote 73, y volvió a verlo cinco años después. Pese a reunirse sólo dos veces empezó a escribirle de manera regular, pidiéndole consejos. "Me hace tan bien escribir y liberarme de pesos, porque sino, no se lo diría a nadie", escribió la ex primera dama en una de las misivas.
En los primeros textos, Jackie cuenta que estaba enamorada del "hijo del embajador en Inglaterra", pero expresa su preocupación por el hecho de que pueda llegar a ser como su padre, John V. Bouvier, con fama de mujeriego. "Es como mi padre en cierto sentido -le encanta la caza y se aburre con la conquista- y, una vez casado, necesita probar que todavía es atractivo, así que coquetea con otras mujeres y te ofende. Yo vi cómo esto casi mata a mamá", apuntó la mujer, quien se convirtió en primera dama en 1961.
Cuando tenía 23 años y ya había iniciado la relación con JFK, confesó que el mundo de la política, al que iba a pertenecer tras su matrimonio, "puede ser muy glamoroso desde fuera, pero, si estás en él y estás solo, puede ser un infierno". No obstante, un año después de su boda, celebrada en 1953, Jacqueline comentó que le encantaba estar casada mucho más de lo que pensó al principio y que su esposo le había aportado "increíbles conocimientos sobre los políticos, que en realidad son una raza aparte".
Junto con confesar a Leonard que ella había sido superada por la ambición "como Macbeth", también le contó al sacerdote la crisis que le generó el asesinato de su esposo. "Hubiese preferido perder mi vida que perder a Jack", admite en su última carta, una de las más conmovedoras.