Declaraciones desafortunadas para la Iglesia, han desatado varios episodios confrontacionales entre el Vaticano y Hollywood. El sitio Eonline.com hizo un repaso de las 5 controversias "más grandes de los últimos tiempos".
Susan Sarandon vs. Benedicto XVI: En el 2011 la Liga Católica consideró a la actriz Susan Sarandon como una persona "despreciable" luego de que la estrella de Telma & Louise llamara Nazi al Papa Benedicto XVI. Los comentarios de la ganadora del Oscar se referían concretamente a que en su infancia el papa saliente perteneció a los Juventud Hitleriana que era obligatorio para todos los niños alemanes.
¿Mel Gibson antisemita?: En el 2003 la Liga Anti-Difamación condenó la cinta La pasión de Cristo, dirigida por Mel Gibson, por considerar que promovía el anti semitismo. Ese año, supuestamente, el Papa Juan Pablo II había dado su aprobación al film y esto fue lo que despertó la polémica ante la Liga pero más adelante la Secretaría del Vaticano confirmó que él Papa había visto la película pero que no había expresado ningún tipo de apoyo hacía esta producción.
Nicki Minaj despierta pasiones: En los Grammys del 2012, la rapera Nicki Minaj apareció en la alfombra roja acompañada de un imitador del papa y luego utilizó varias imágenes religiosas durante la presentación de su single Roman Holiday. A pesar de que la Liga Católica consideró "vulgar" estas referencias, la cantante nunca se disculpó por su performance.
La reverencia de Homero: En el 2005 la cadena Fox tuvo que posponer la trasmisión de un episodio de Los Simpson en el que Bart se inscribe en una escuela católica, debido a la muerte del Papa Juan Pablo II. El episodio fue trasmitido meses después e incluso 5 años más tarde el periódico oficial del Vaticano publicó un reportaje en el que aseguran que Los Simpson son católicos a pesar de que hacen todo para ocultarlo.
Virgen muerta: Madonna siempre ha tenido una pésima relación con la Iglesia Católica, pero definitivamente sus mayores ofensas estuvieron contenidas durante su gira Blonde Ambition en 1990. El vaticano pidió boicotear el concierto de la reina del pop en Roma que, durante el show, la cantante profanaba imágenes religiosas, simulaba una masturbación y también promovía actividades homosexuales. Años más tarde, los católicos nuevamente se alarmaron cuando Madonna cantó su tema Live To Tell colgada en una cruz durante su gira Confessions Tour.