En la temporada estival, cientos de turistas acuden a los principales balnearios del país, realizando diversas actividades. Mientras, un grupo reducido de salvavidas se hace cargo de asistir las emergencias que suceden en las playas.

Algunas de las más comunes son las caídas en sectores rocosos, ataques de medusas, asistencia de niños perdidos y evitar que bañistas sobrepasen el límite permitido.

En el norte del país, las medusas son parte del paisaje del borde costero, pero su alto volumen en las playas provoca problemas para los veraneantes. Durante el mes de enero se produjeron 382 atenciones por ataques de medusas en las playas de Coquimbo y 169 en La Serena. La zona centro, en tanto, también ha sido afectada por estos seres marinos.

"Nosotros tuvimos unas 50 o 60 atenciones por medusas en el mes de enero (...) tenemos el mismo fenómeno del año pasado, de las corrientes tibias, que atraen a estos animales", afirma Rodrigo Figueroa, jefe del departamento de concesiones de Zapallar.

Camilo Rodríguez trabaja de salvavidas desde hace cinco años en las playas de Valparaíso y asegura que "en Las Torpederas, lo más común son los niños perdidos y las heridas en los pies, por piedras y vidrios".

Durante el mes de enero, sólo en las playas de La Serena han ocurrido 71 casos de niños extraviados, 58 en Coquimbo y nueve en Viña del Mar. Todos se perdieron por escasos minutos y fueron encontrados rápidamente. "Cuando un niño se pierde, uno lo sube a la torre y toca el silbato. Mucha gente se pone a aplaudir para que los demás miren", dice Rodríguez.

Otra de las emergencias más comunes son las caídas o cortes en las rocas. A pesar de que en la playa Caleta Abarca existen señaléticas que indican "zona peligrosa", debido a las abundantes rocas, "la gente se sube para fotografiarse o para sacar mariscos", comenta Cecilia Rebolledo, concesionaria de la playa Caleta Abarca. También deben asistir a quienes sufren cortes debido a vidrios quebrados que permanecen enterrados.

Bañistas temerarios

Una de las principales tareas de los salvavidas es resguardar a quienes ellos denominan como "bañistas temerarios". "Este público es generalmente joven y se caracteriza por tener actitudes osadas", asegura Rebolledo. Es en este segmento de bañistas donde se producen las emergencias por ahogamiento. De hecho, según la Armada, en la temporada 2013 el 54% de los rescates fueron a personas de entre 11 y 20 años.

Como medida de prevención, en muchas playas del país han prohibido el uso de botes inflables, por el alto riesgo de que el viento los empuje mar adentro. En Coquimbo se registraron 14 casos de personas a las que se les tuvo que asistir por utilizar este medio.

Según la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante de la Armada (Directemar), de los 352 accidentes que ha habido hasta la fecha en el país, 32 han sido rescatados con lesiones, 14 menos que el año pasado.

Rodrigo Kopaitic, concejal y presidente de la Comisión de Turismo del Concejo de Viña del Mar, explica que "la labor del salvavidas es preventiva, el cuidado lo debe tener cada persona de no exponerse al riesgo".