En el partido más esperado del Grupo B de la Copa Confederaciones, Alemania y Chile empataron 1-1, en un trámite bastante parejo, con dos selecciones que siempre buscan ser protagonistas e imponer sus términos. Se sabe muy bien a lo que juega cada uno y se pudo ver reflejado en que ninguno de los dos cedió el protagonismo, algo que se explica en la posesión de balón que tuvieron. El bicampéon de América tuvo un 54%, mientras los actuales campeones del mundo un 46%, una cifra que no arroja grandes diferencias.
La idea del cuadro dirigido por Pizzi fue desde un principio instalarse en territorio rival, para asfixiar la salida de los europeos, algo que en el primer tiempo logró con creces. Así fue como la Roja logró recuperar el balón en 41 ocasiones, una cifra bastante alta considerando que al frente estaba Alemania, un equipo que administra muy bien el balón y que generalmente intenta adueñarse de las acciones. Fue tal el pressing de Chile, que mediante esta vía se puso tempranamente en ventaja con el gol de Alexis Sánchez, luego de una recuperación de balón en territorio alemán. Durante el primer tiempo, Chile jugó muy cerca del arco defendido por Ter Stegen, lo que se vio reflejado en la posición de Arturo Vidal, actuando más de nueve falso que en el mediocampo.
Los alemanes no presionaban la salida de Chile, ya que el plan era hacerse fuertes en mitad de terreno, lo que arrojó un resultado de 32 recuperaciones de balón. Se estaba dando un duelo muy interesante, con dos equipos que presuntamente se habían estudiado bastante. Sánchez era el jugador de Chile más custodiado por los germanos, que tenían en Draxler a su jugador más activo. A pesar de los intentos de la Roja por incomodar a Alemania, el cuadro europeo logró desactivar esa presión con gran calidad, logrando una salida muy limpia y empatando el partido tras una gran jugada colectiva que dio paso al gol de Lars Stindl, en el mejor momento de los de Pizzi.
En lo que a ocasiones de gol respecta también se dio un desenlace parejo, ya que si bien Chile remató más veces que Alemania (13 contra nueve) la diferencia de los balones que llegaron al arco fue mínima. La Roja dio con el arco cuatro veces contra las tres de los dirigidos por Löw. La más clara sin duda, fue el derechazo de Eduardo Vargas durante el primer tiempo que dio en el travesaño. Alexis Sánchez fue otro de los jugadores nacionales que buscó mediante remates de distancia.
En el segundo tiempo, se notó el desgaste de Chile, ya que no se vio a un equipo que presionara tan arriba. Vidal, gran intérprete de la presión de la Roja, ya no jugaba tan cerca del arco rival y se podía ver detrás de mitad de cancha. El partido decayó y se notó en que ambos equipos ya no llegaban con tanta claridad.
Chile abusó un poco más de las faltas. Tuvo 18 contra las 13 de Alemania, aunque eso no fue motivo para que hubiese igualdad en las penalizaciones del árbitro. Dos tarjetas amarillas para cada equipo y ninguna roja. En lo que sí hubo algo de diferencia fue en los tiros de esquina, ya que los alemanes generaron solo uno contra los cuatro de la Roja. Los dirigidos de Pizzi también tuvieron más efectividad en los pases con un 91% de efectividad contra el 83% del campeón del mundo.