Desde hace meses, la producción de platino en Sudáfrica, principal productor mundial, vive fuertes tensiones exacerbadas por la crisis mundial, en particular la automovilística, y que ilustran las malas prácticas sociales heredadas del pasado que persisten en el sector minero.
Son tiempos duros para el platino, con escasa demanda y costos en aumento, pero dicho escenario se ha visto agravado por los sangrientos enfrentamientos en la mina sudafricana de Marikana, donde 44 personas han muerto desde el 10 de agosto.
El sector sufre por tanto problemas de rentabilidad que se suman a las reivindicaciones salariales, que emanan en especial de los mineros que trabajan en precarias condiciones a varios centenares de metros bajo tierra.
INICIOS DEL CONFLICTO
A principios de año, una mina del grupo australiano Aquarius en la localidad sudafricana de Rustenburg estuvo paralizada varias semanas por una huelga ilegal, marcada por enfrentamientos que dejaron tres muertos y varios heridos.
Pero la situación emblemática fue la vivida en la mina de Lonmin en Marikana, cerca de Rustenburg. Diez personas murieron en enfrentamientos entre sindicatos después de que una huelga comenzara el 10 de agosto, llevando a una violenta intervención de la policía el jueves pasado, que costó la vida a otros 34 mineros, seis días después.
La industria del platino conoce dificultades desde el inicio de la crisis económica en 2008 y varias de ellas han tenido que parar o reducir su producción, apuntan expertos citados por AFP. Sudáfrica tiene alrededor del 87% de las reservas mundiales de platino y contribuye al 75% de la producción mundial destinada al sector automotor.
La debilidad de la demanda ha hecho caer las cotizaciones a 1.400 dólares la onza, contra 2.000 dólares un año antes. Y los mineros acumulan frustraciones, en particular los taladradores, que "realizan el trabajo mas peligroso de la industria minera", explica John Cope, director de la fundación Bench Marks.
Cope califica de "atroces" sus condiciones laborales y salariales: "Bajan con 25 kilos de material para taladrar. Ya advertimos que habría violentas protestas".
"Las tensiones sociales parecen entrar en una espiral fuera de control, y hacen mas difíciles las medidas de las empresas para reducir la producción", afirma la analista bancaria Anne-Laure Tremblay, de BNP Paribas. Sin embargo, añade Benkenstein, el drama de "Marikana da una imagen chocante de la gestión de los conflictos en la industria minera".