Arabia Saudita e Irán han estado luchando por la hegemonía regional por casi 40 años. Uno es sunita y hogar de dos sitios sagrados para el islam, por lo que siempre se ha sentido como el líder indiscutido del mundo musulmán. El otro es chiita y desde su revolución islámica de 1979, con el ayatola Jomeinei a la cabeza y un mensaje profundamente antiestadounidense, ha sido percibido como una amenaza por Arabia Saudita, monarquía conservadora aliada a Estados Unidos.
Los analistas concuerdan en que las hostilidades se han incrementado producto del acuerdo nuclear de 2015, tras lo cual los iraníes abandonaron su programa atómico a cambio de un alivio en las sanciones, algo que fue rechazado por los sauditas.
En medio de este contexto, la renuncia del primer ministro libanés, Saad Hariri, realizada el sábado pasado en un discurso televisado desde la capital saudita, sumado al misil que fue lanzado ese mismo día desde Yemen a Riad, puso de manifiesto la escalada en la tensión entre ambas potencias de Medio Oriente.
A continuación, los conflictos que subyacen en medio de esta rivalidad.
Líbano
El gobierno libanés es un mosaico de sectas cristianas y musulmanas donde, según los analistas, la lucha de poder es potencialmente explosiva. El Presidente Michel Aounm es cristiano maronita y cuenta con el respaldo de Hizbolá (grupo cercano a Irán); el líder del Parlamento es chiita, y el primer ministro, Saad Hariri, es sunita, por lo que siempre se ha señalado que es más cercano a Arabia Saudita.
Así, advierte el diario Financial Times, las ramas de Irán y de Arabia Saudita han estado "coexistiendo" en Líbano. "Es cierto que Hizbulá se ha vuelto muy poderoso, pero es arrogante asumir que puede ser eliminado", señaló el diario inglés.
La sorpresiva dimisión de Hariri generó sendas especulaciones en cuanto a que su "decisión" habría sido ordenada por Arabia Saudita. Sin embargo, el premier ha negado tales rumores y ha señalado que volverá a Beirut muy pronto, aunque hoy se espera que llegue a París, tras una invitación del Presidente Emmanuel Macron. En su discurso de dimisión acusó a Hizbulá de controlar Líbano.
Halim Shebaya, analista político de la Universidad Americana Libanesa, dijo a La Tercera que "una forma de mirar la renuncia de Hariri en términos del momento en que ocurrió y el lugar es que se trata de una respuesta directa a la denuncia de (el Presidente iraní, Hasan) Rouhani de que ninguna decisión en Líbano puede ser tomada sin la influencia de Irán. Al forzar la renuncia desde Riad eso puede ser una forma de mostrar el poder saudita en Líbano y su habilidad para remecer las cosas, por así decirlo".
"En Líbano, puede que Arabia Saudita busque un nuevo acuerdo que sea más favorable a las preocupaciones sauditas. ¿Cómo será este acuerdo? Es muy pronto para decirlo y será sólo materializado cuando Hariri vuelva a Beirut. Por ahora, esta es la demanda oficial de las autoridades libanesas: 'Queremos a Hariri de vuelta' y ha sido exitosa al lograr un acuerdo para que el renunciado primer ministro vaya a Francia antes de retornar a Beirut", añadió Shebaya.
Siria
La guerra siria, que se extiende desde 2011, es la máxima demostración del conflicto entre ambas potencias. Eso, porque las ramas de Riad y Teherán han operado en terreno en el conflicto. Así, por ejemplo, Hizbulá, Irán y milicias chiitas han apoyado al régimen de Basher Assad, mientras que los sauditas han respaldado a los rebeldes.
Irak
Arabia Saudita fue uno de los principales financistas de Saddam Hussein durante la guerra entre Irak e Irán (1980-1988). Con el debilitamiento de Irak luego de la Guerra del Golfo (1991), sauditas e iraníes se convirtieron en "las dos principales potencias regionales", destacó a la agencia France Presse, Clément Therme, investigador del International Institute for Strategic Studies (IISS), para quien la rivalidad es primero "geoestratégica".
Sin embargo, desde la caída de Saddam en 2003, Irán ha establecido una profunda alianza con Bagdad. Según explica la revista Time, en la actualidad el sentido de profunda hermandad entre las dos naciones es más robusta de lo que había sido por siglos, así como también la cooperación entre los gobiernos.
Yemen
El lanzamiento del misil desde el norte de Yemen hacia Riad generó aún más tensión. Allí, los rebeldes houtíes, respaldados por Irán, dominan el noroeste del país luego de que expulsaran hace dos años al Presidente Abdu Rabu Mansur Hadi, apoyado por los sauditas. Esto desató una guerra civil y desde entonces una coalición liderada por Arabia Saudita bombardea esa zona. El conflicto ha dejado más de 10 mil muertos. Los houtíes han mantenido el control de gran parte del país, incluyendo la capital, Sanaa. Fueron ellos quienes reivindicaron el lanzamiento del misil.