La pizarra del técnico de la Selección chilena, Jorge Sampaoli, deberá tener varias modificaciones antes del debut ante Australia, en una docena de días más. Ante Egipto, el estilo ofensivo que suele caracterizar a los equipos del entrenador argentino dejó algunas lecciones importantes antes del debut de la "Roja" en el torneo de Brasil, sobre todo en el primer tiempo, cuando el equipo arrancó con un 3-4-1-2. En la segunda mitad, el 3-3-1-3 funcionó algo mejor en la recuperación del balón y la presión en campo rival.

Afirmar la línea de tres en el fondo: Durante buena parte del primer tiempo, el trabajo de los tres hombres del fondo chileno fue deficiente. Sobre todo ante los contragolpes egipcios, vía a través de la cual llegaron los dos primeros tantos visitantes. Gonzalo Jara, probado como líbero, quedó al debe en esta ocasión, mientras que Miiko Albornoz también vio bajar sus bonos, porque cuando se le requirió nuetralizando a los atacantes rivales sufrió demasiado. Gary Medel, en tanto, como siempre fue el más consistente. Pero atrás están todas las dudas.

Más quite en el medio: Así como Díaz es clave en ataque, el mediocampo de ayer, con Gutiérrez y Aranguiz, tiene muy poco quite en la zona media de la cancha. Un ítem fundamental a la hora de meter presión sober el rival es que quienes ocupan esas plazas potencien su capacidad recuperadora, para ayudar a que los del fondo sufran un poco menos mientras se afirman. La fragidad en este ítem fue clara en el primer tiempo. Con el ingreso de Mena por Díaz, cambió el dibujo táctico, lo que derivó en mayor presión en campo rival y algo más de recuperación.

Sólo se ataca por derecha: Es indudable que una de las fortalezas de la pizarra de Sampaoli es el tándem Isla-Sánchez por el sector derecho. Sin embargo, ante los egipcios, la dupla Beausejour-Vargas hizo poquísimo daño. No sólo porque llegara poco el balón por ese lado, sino que porque las pocas veces que se atacó por ese lado, no se hizo mayor daño.

Alexis, desequilibrante: Más allá del punto anterior, vale la pena aclarar, además, que en rigor es Alexis el que se pone el equipo al hombro, luciendo más que en Barcelona y siendo el único y gran factor de desequilibrio. Incluso, a ratos se fue a jugar de volante creativo, de frentón, generando así el pase para el tercer gol chileno.

Díaz, el mejor termostado: Indudablemente que, a estas alturas, Marcelo Díaz es el factor determinante del funcionamiento de Chile. Es quien organiza y distribuye criteriosamente el balón. Aún cuando es un volante defensivo que siempre está bien ubicado, metiéndose en la última línea cuando se le requiere, es el hombre determinante a la hora de generar acciones ofensivas, cuestión que se ve potenciada por su conocimiento con Aránguiz, cosa que se demostró a ratos.