Angelo Tapia Mena: "El día sábado en la madrugada, aproximadamente a las 2.00, recibí una llamada telefónica de unos sujetos de la cárcel de Colina. Un sujeto, a quien conozco como el hermano del Splinter. Me dijo quien era y me preguntó si tenía oxicorte o un camión, señalándome que tenía terrible de pega".

Erick González Campbell: "Una mujer me llamó. Alguien de la cárcel le dio mi teléfono, ya que estuve mucho tiempo preso. Quedamos de juntarnos en la plaza Bogotá (comuna de Santiago) y ahí llegó. Yo estaba con un amigo y nos llevó a la pega, que era la caja de la Tía Rica. Ahí llegamos. Había más gente; entre ellos una niña de no más de 18 años, que manejaba el candado de Correos de Chile que daba a la Tía Rica. El resto sólo hombres. No recuerdo la cantidad exacta, pero deben haber sido unos 11. Después volvimos a la plaza Bogotá a buscar los guantes para proteger mis manos, ya que la mujer me había contactado porque le faltaba un cortador".

Angelo Tapia Mena: "Llegué con el oxicorte (hasta la Tía Rica). Estaba el Murci (Erick González) y varios muchachos a los que no conozco. El Murci me preguntó si había traído el oxicorte y le dije que sí. Eran como cinco más y entraron de forma inmediata. Yo me quedé en (calle) Romero, entre Unión Latinoamericana y una más al poniente. Ahí me quedé estacionado en mi camioneta. Además de mi auto, estaba un auto Hyundai Accent celeste y una camioneta Rexton blanca".

Erick González Campbell: "La mujer abrió la puerta y entramos todos. Yo iba cortando puertas para que el resto fuera avanzando. Un amigo de la mujer que me contactó, y que conocía el lugar, era quien me iba guiando. Pasamos dos puertas y una reja. Todo eso lo corté yo. El resto iba avanzando junto a mí. Después de la última reja caímos a un ascensor y al segundo piso. En ese lugar habían notebooks, que las personas que actuaron conmigo en este delito iban guardando en bolsos que habían en el lugar. Luego de eso abrí una caja fuerte que estaba llena de armas, las cuales también se embolsaron y se llevaron en una camioneta blanca y creo que gris. Todo eso fue el sábado, y la mujer nos dijo que volviéramos al día siguiente".

Angelo Tapia Mena: "Eran como las 4.30 de la madrugada del domingo. Ya que se demoraban tanto me fui a mi casa a firmar el libro, ya que estaba con arresto domiciliario (...) Dijeron que al otro día seguía la cosa, porque Carabineros no había llegado. El único problema es que no había más oxicorte, por lo que el día domingo fui a cargar dos oxicorte. El día domingo llegué como a las dos de la tarde. Llamé al Murci (...) me dijo que teníamos que esperar a la señora que tenía las llaves. A la mujer no la conozco, pero era la señora del que me llamó de la cárcel. Esperamos que llegara y entramos. Llegamos los mismos de antes".

Erick González Campbell: "Entramos por el mismo lugar y las mismas personas. Yo nuevamente me dediqué a cortar, hasta que llegamos a la bóveda donde habían joyas. Previo a esto, debo decir que un sujeto que no conozco desconectó alarmas y cámaras. Cuando llegamos a la bóveda, ellos comenzaron nuevamente a embolsar y nos fuimos del lugar".

Angelo Tapia Mena: "Ellos cargaron varios sacos y las bicletas en mi camioneta. Yo las llevé a un local ubicado en Franklin. Luego regresé al lugar y estaban las mismas personas y los mismos vehículos. Ahí cargaron el oro en el Hyundai Accent celeste y la Rexton blanca. En mi camioneta cargaron más notebooks y tablets. Como a las 2.00 salimos del lugar. Nos fuimos los tres vehículos (...) Olvidé señalar que además participó un vehículo Ford azul, con vidrios polarizados. Ellos llevaban oxicorte y estaban encapuchados (...) Andabamos tres cuadrillas (...) Andaba una cuarta cuadrilla. Ellos participaron el segundo día, pero los echaron rápido porque llevaron un oxicorte vacío (...) Yo me fui a mi casa. Al rato llegó el Murci acompañado de un sujeto que conocí ese día, le dicen el enano (...) Sacaron algunas especies de mi casa, unos Mac, un saxofón y se fueron en mi camioneta a buscar mi parte. Al rato llegaron con $ 7 millones en efectivo y nada de oro. Me dijeron que eso lo repartirían posteriormente. Yo me quedé con los $ 7 millones y las especies que se cargaron en mi camioneta: eran 90 notebooks, 35 cámaras, 11 tablets, cuatro bicicletas y cinco cuadros".

Erick González Campbell: "Las joyas fueron llevadas en una camioneta. Yo me fui solo del lugar y la mujer me fue a pagar la madrugada del lunes en la plaza Bogotá. Lo que me dio fueron como dos kilos (de joyas). Yo vendí a un joyeron que me dieron el dato en la Plaza de Armas (...) La plata que me encontraron (al momento de detenerme) es producto de la venta de joyas que tenía. Yo vendí un kilo y medio en $ 15 millones, de los cuales me pillaron $ 11 millones.