Alberto van Klaveren dejará hoy el hotel Carlton Ambassador, donde la delegación chilena trabajo para los alegatos. Junto a su esposa, Patricia, visitarán familiares holandeses, en un descanso que se extenderá hasta el lunes. Anoche, minutos después del fin de los alegatos, el agente y sus dos coagentes, la embajadora María Teresa Infante y el jefe de misión en La Haya, Juan Martabit, emocionados y cansados, hicieron un primer repaso del extenso litigio y sus experiencias personales.
Agente, hoy estuvo a punto de quebrarse al final, cuando leía la declaración publica...
V Alberto van Klaveren: Bueno, un momento de emoción, por supuesto, todos tenemos emociones... Para mí es significativo haber trabajado en períodos distintos, haber empezado con un gobierno, seguido con otro, haber trabajado con ministros diferentes, de personalidad y orientación política. Eso a uno lo emociona. Además, me emocionó por el equipo de trabajo, espléndido, muy diverso.
¿Cuál fue el momento más complejo? ¿Los alegatos?
V Sí, siempre es el período más complejo porque uno tiene la presión del tiempo. Tienes que configurar el equipo, ver quiénes van a alegar, qué tema, cuánto van a alegar y eso siempre genera opiniones diferentes, hay que armonizar todo…
¿Puede la corte, durante su deliberación, pedir nuevos antecedentes?
M Juan Martabit: Sucede, incluso el presidente de la corte, Peter Tomka, lo dijo al final.
M Era una advertencia a los agentes de que no renunciáramos…
¿Hubo algún momento en que alguno pensara renunciar?
i María Teresa Infante: Yo sí. Varias veces. Las cosas son complejas. Siempre he sentido, desde el inicio de mi vida profesional, que hay responsabilidades que van más allá de las personas. Por razones de trabajo me correspondió estar en un lugar y ayudar a tomar determinadas decisiones, la de asumir el tema en un momento. No siempre los grupos están dispuestos y yo sabía que esto era largo y difícil y con posibilidad de que no fuera... De asegurar un resultado que no fuera todo lo grato que son las cosas gratas de la diplomacia.
¿Y usted, agente, algunos dicen que sería "cabeza de turco" en caso de que hubiera un problema?
V Nunca lo había visto así. Siempre me sentí respaldado y creo que esta es una responsabilidad que a uno le entregan y que uno no puede devolver. Si hay personas que consideran que uno tiene que hacerse cargo, uno lo tiene que asumir, así es el servicio público. Los sentimientos personales uno los deja de lado. Siempre que uno tenga conciencia de que puede hacer un trabajo útil, por supuesto.
¿Fue muy distinto trabajar en dos periodos de gobierno?
V Los estilos son totalmente diferentes, son las personalidades, finalmente. Comencé trabajando con Alejandro Foxley como canciller, luego con Mariano Fernández y ahora con Alfredo Moreno. Los tres tienen personalidades distintas y uno se va acomodando. Pero la continuidad fue total, siempre hubo respeto, tanto en el gobierno anterior como en el actual, por lo que significa una política de Estado.
Chile ha tenido situaciones complejas limítrofes con Argentina, Perú y también hay un reclamo de Bolivia. ¿Qué reflexión puede hacerse de eso?
M Se ha acumulado experiencia de negociaciones con Argentina y también con Perú. Eso es importante porque RR.EE. es el brazo ejecutor de la política exterior. Sobre qué puede pasar con Bolivia, debemos tomar nota de lo que estamos viviendo ahora. Si no queda otra solución que ir a la corte, hay que ir. Pero si por otros medios se puede lograr un mejor entendimiento, hay que potenciar la diplomacia. En el caso de Chile, me incomoda ser demandado. Chile ha fijado sus límites en tratados seriamente negociados, limpiamente pactados.
¿Hubo muchas contradicciones de Perú durante los alegatos?
i Sí, esa es una evaluación. Hay muchas cosas que se pueden plantear y vamos a ver. Esperemos la decisión de la corte.
En Chile es posible que algunos tengan una sensación de triunfo ante las tres peticiones de Perú a la corte. ¿Será "tres a cero" o hay que ser más cauto?
i No. Lo interesante de este juicio es que es el más mediático que se ha producido. Ha tenido una atención enorme, ha sido seguido en directo en Perú y en Chile, y eso le da ciertas características especiales. Por eso la comparación con el "tres a cero" no me sorprende, porque la gente ve esto como un partido de fútbol y no lo es. El "tres a cero" o "dos a uno" no es para nada aplicable. Hay que esperar tranquilos la decisión. Es legítimo, como individualmente me siento contento, que la gente sienta después de observar estos debates que Chile hizo un buen papel. A mí me basta -y lo digo casi de manera cándida- que mis compatriotas sientan que hemos hecho un buen trabajo.
Más allá de la comparación futbolística, varios analistas dicen que los fallos de la corte son complejos como para que se concedan todas las peticiones a una de las partes…
i Esperemos el fallo. La corte tiene que fundamentar su decisión, revisar la evidencia y llegará a la convicción de cuál es el tema central, si son los tratados o es que Perú pidió equidad y que se revise el statu quo. Eso puede ser visto como que la corte va a tratar de darle una cosa a cada uno, pero cada caso es único.