Arsene Wenger generalmente se ve como un tipo serio, muy mesurado. Sin embargo, en el interior del entrenador de Arsenal pasan muchas cosas en los días que su equipo juega. Y sobre todo en los momento de mayor tensión, tras una derrota, como le contó al Daily Mirror.
"No me gusta gritarle a los jugadores después de un partido, porque no puedes hacer mucho daño después del partido. Es verdad que algunas veces es muy tentador, eso sí. Algunas veces he estado muy alterado después de los partidos, por lo que la mayoría de tiempo trato de controlarme: Me pongo colorado y pienso que el daño es grande y no debo hacer más", afirmó.
El francés siguió contando cómo se maneja luego de una caída: " Algunas veces le puedes decir a un jugador particular: "Es tu culpa que hayamos concedido un gol en el centro". Pero después miras y resulta que no fue su culpa en absoluto. Ahí es cuando tienes que decirle al jugador "Disculpa, me equivocqué". Es mejor cuando dices algo de lo que estás seguro".
Además añade que "si no hemos obtenido un partido durante un rato y si hemos perdido el último, hay veces en las que no he salido por días. Quizás la gente no dimensiona cuanto duele, pero creo que a los hinchas también les duele. Si no te duele, nunca sobrevivirás en este juego".
Wenger sufre con el cansancio: "Solo duermo dos o tres horas después del partido. Voy a la cama tarde y me levanto a las 6 de la mañana. A la tarde siguiente uno se descomprime un poco y después empiezas a sentir la fatiga".
La relación con la prensa también ha sido todo un tema para el DT en estos 19 años al mando de Arsenal: "Lo único que me enoja es cuando la intención detrás de una crítica es mala. Acepto la crítica cuando la intención es justa. Pero cuando la intención es solo para hacer daño, por supuesto que molesta. Algunas veces creo que prefiero ver los partidos sin sonido, eso depende de mi estado mental. A veces me gusta escuchar lo que dicen".