La Federación de Atletismo de Chile presentaba la concentración que harían sus deportistas en la Universidad de Oxford, en la antesala de los Juegos, como una victoria, un lujo, una oportunidad única de realizar una preparación adecuada.
La mayoría de los que han estado ahí, hablan maravillas del lugar. Por ejemplo, en la recepción que se hizo en la embajada nacional en Londres, un día antes de la inauguración, Erika Olivera se mostraba encantada con los días que pasaba en ciudad universitaria, sobre todo por la variedad de calles para entrenar y lo parecido que será a lo que se encuentre en el maratón.
Los hermanos Yerko y Edward Araya también se mostraron satisfechos. Aseguraban que contaban con todo lo necesario para prepararse para los 20 y 50 kilómetros marcha, respectivamente.
Sin embargo, la discóbola Karen Gallardo no está conforme con lo que le ha tocado vivir estos días en Oxford, porque no encontró lo le habían prometido.
"No es nada óptimo, al menos no para mi prueba. No es un centro de alto rendimiento. Yo estaba en León (España, junto a la balista Natalia Duco, quien sigue allá), que sí era un lugar adecuado para los lanzamientos. De hecho, era específico para lanzadores. Oxford es una universidad, que tiene muchos deportes y nada más", critica justamente minutos antes de volver al lugar.
La principal molestia de la copiapina es que no cuenta con una sala de pesas de la envergadura que requiere y que la existente es pequeña y tiene que pelear un espacio con los estudiantes. "Las pesas es una parte importante de mi preparación", recalca. Su segundo enojo es porque las habitaciones no tienen baños privados y debe compartirlo.
La situación le hace lamentar haber dejado su concentración en tierras hispanas. "No fue bueno llegar a esta instancia. Prefería haberme quedado en León hasta que mi entrenador (Tulio Moya) pudiese entrar a la Villa", comenta en relación a la política de "camas calientes" que existe en la delegación nacional, que a medida que los competidores van concluyendo su participación les dejan su lugar a otros.
Gallardo asegura que la determinación de ir a Oxford la tomó forzada por la orgánica que la agrupa y que, a esta altura, no se puede modificar. "Es un tema político de la federación y teníamos la obligación de ir a Oxford, porque si no podían no aprobarnos los proyectos, así es que lo hicimos nomás", se quejó sobre el ente que preside Alvaro González.
Por último, mañana llega su técnico a Londres y de inmediato la atleta viajará para concentrarse en la capital, donde espera cumplir con su objetivo: meterse dentro de las 12 mejores.