Una de las primeras reuniones que mantuvo el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, tras llegar de sus vacaciones a La Moneda fue con los generales de Carabineros encargados de la seguridad pública y de inteligencia. En la cita Aleuy abordó lo relativo a la Operación Huracán, temas de contingencia, pero donde más se detuvo fue en lo que está ocurriendo en la población La Legua, ubicada en la comuna de San Joaquín.
El tema preocupa en La Moneda y se están tomando algunas decisiones sobre los próximos operativos en esta zona de Santiago, en los que la recuperación de armas y las aprehensiones por órdenes de detenciones pendientes serían primordiales, junto a una serie de modificaciones urbanas en el lugar. Es por ello que la Fiscalía Sur ya designó a un equipo a cargo del tema, compuesto por los fiscales Pablo Salinas, quien indagará el porte de armas; Cristián Galdames, que se encargará de la droga; y Patricio Rosas, quien indagará los barrios críticos. Los persecutores ya han sostenido una serie de reuniones con el OS-9 de Carabineros y la PDI.
En la mira de la fiscalía hay casi diez bandas de narcotraficantes que operan en La Legua, pero de acuerdo a distintas fuentes policiales, son cuatro las que predominan en la población: "Los Cochinos", "Los Gálvez", "Los Cara de Pelota" y "Los Come Perro", también conocidos como "Los Guatones". ¿El denominador común? Clanes familiares, se arman y desarman con frecuencia, entran y salen de la población para no dejar rastros sobre dónde duermen en las noches. Su vida y "obra" a continuación.
"Los Gálvez":
El retorno que desató la última gran balacera en la población
Oscar Gálvez Gutiérrez, alias "El loco Tello", es definido como un "histórico" de La Legua Emergencia. Los antecedentes policiales hablan de que fue un narcotraficante que a mediados de los 90 comenzó a distribuir pasta base y cocaína en la comuna de San Joaquín y en gran parte de la zona sur de la Región Metropolitana.
Gálvez fue detenido en 2014, cuando cayó en un operativo de la PDI, y posteriormente condenado por tráfico de drogas. Sin embargo, según las investigaciones de la policía, su detención no fue motivo para que su pequeño imperio desapareciera, puesto que al mismo momento que amasaba su negocio, comenzó a trabajar con sus hijos para que continuaran con su legado, mientras él impartía instrucciones desde la cárcel.
Y fue su hijo Fabián Gálvez Calderón (en la foto), alias "el guatón Fabián", y otras dos hijas, los que continuaron con el negocio e incluso lo manejaban par a par con su padre. Gálvez Calderón tomó la posta y comenzó a apropiarse de las transacciones y a adueñarse del pasaje Sánchez Colchero, de La Legua, donde utilizaba una casa abandonada como "caleta" para esconder armas y traficar droga.
Según fuentes policiales, la familia Gálvez adquirió un gran poderío económico, lo que los llevó a comprar un departamento en un exclusivo sector de San Alfonso del Mar. Gálvez estuvo detenido, sin embargo, hace unos días regresó a La Legua, y para la policía sería uno de los protagonistas de la última balacera registrada en la población. Se cree que "el guatón Fabián" habría intentado volver a adueñarse de uno de sus pasajes, luego de que en junio de este año se "autoexiliaran" de la zona, tras un conflicto con "Los Cochinos", otra de las bandas del sector.
De acuerdo a la información entregada por Carabineros al Senado en agosto de este año, "Los Gálvez" están compuestos por 11 personas. Sin embargo, la estructura de esta organización sería con Gálvez Calderón como el cabecilla, apoyado por sus hermanas, y el resto, "soldados" encargados de traficar la droga, resguardar las armas y "apoyar" en conflictos con las otras organizaciones criminales. Se indaga si mantienen colaboradores extranjeros para prestarles protección.
"Los Cara de Pelota":
El histórico grupo que busca rearmarse en la zona
El 20 de abril de 2006 un operativo instruido por el entonces fiscal regional Sur Alejandro Peña, permitió desbaratar a la banda más peligrosa de La Legua: "Los Cara de Pelota". La organización, según los antecedentes que manejaba el ente persecutor, estaba compuesta por 18 personas, divididos entre cabecillas, "pilotos", financistas y "soldados".
El clan, al igual que la mayoría de las bandas narcos, era compuesto por una familia, liderada por Pedro González Díaz (en la foto) y Moisés González Berríos, su hijo, ambos condenados en 2007 a 15 años y un día por asociación ilícita para el narcotráfico y por el delito de tráfico de drogas, y a 541 días por tenencia ilegal de arma de fuego.
De acuerdo a los antecedentes de la policía, los líderes del grupo criminal eran los encargados de buscar la droga, negociar la compra a gran escala y después enviársela a los mandos medios para que la traficaran en distintas partes de Santiago. Según las estimaciones de la fiscalía, al momento de la condena de esta banda, el grupo delictual obtenía ganancias que fluctuaban entre los $ 200 millones y $ 300 millones anuales.
Dentro de esta banda también era fundamental la señora de Pedro González, quien estaba encargada de coordinar las labores entre lo que querían los líderes y los "pilotos", quienes eran los encargados de repartir la droga. Su centro de operaciones era la calle Venecia, en La Legua.
Y es justamente uno de estos "pilotos" quien tiene en alerta a la policía, pues estaría tratando de reorganizar la banda. Se trata de un hombre de iniciales A.C.V., quien tras ser condenado, obtuvo la libertad condicional en 2016.
Preocupa la eventual reorganización de "Los Cara de Pelota", dado que el grupo cuenta con distintos contactos con otros narcotraficantes de Santiago. Incluso, en el último allanamiento realizado por la PDI en La Legua, se logró detener a una serie de personas con antecedentes penales, entre ellos cinco "soldados" de esta organización criminal.
Al parecer, según las estimaciones de la policía, una de las organizaciones narcos más reconocidas en Santiago quiere volver a tomar "su lugar histórico" en la zona sur de la Región Metropolitana.
"Los Cochinos":
Un clan de mujeres que lidera un "ejército de hombres"
Partió como una banda liderada por mujeres. Su cabecilla era apodada en el barrio como "la vieja cochina", y era dueña del sector norte de la calle Sánchez Colchero (el otro lado era de "Los Gálvez"), y según fuentes policiales comenzó como una "pequeña pyme", donde ella y otras mujeres comercializaban droga en el barrio.
Sin embargo, el negocio creció y eso significó necesitar más "soldados" y más gente que apoyara las labores de venta y de protección. Es así que a mediados del 2000, según cuentan en la polícía, esta organización pasó de ser de "la vieja cochina" a "Los Cochinos", y de acuerdo a las últimas estimaciones de Carabineros, tendrían 25 personas dentro de sus filas, aunque cuatro han sido detenidas.
El matriarcado de "Los Cochinos" quedó en evidencia en julio de 2009, cuando funcionarios de la PDI fueron agredidos por parte de la banda, además de vecinos del sector, en el momento en que la policía realizaba un patrullaje en el lugar.
Al estar realizando estas labores investigativas, los policías detectaron la presencia de una de las tres líderes de la banda, la que mantenía órdenes de detención por tráfico de drogas e infracción a la ley de armas.
Pero el procedimiento no fue fácil, cuentan algunos testigos del operativo, ya que amigos y cercanos a la mujer golpearon a los detectives, dejándoles inclusos algunas lesiones leves en los brazos y rostro.
En la diligencia, la PDI también detuvo a otra mujer, sindicada como otra de las líderes de la organización. Además de las dos líderes históricas, las policías han identificado a una tercera integrante, quien actualmente estaría encabezando las operaciones de droga en La Legua. Se trata de Rosa F. M., de 60 años.
En medio del mando de las mujeres de la banda hay un hombre que ha sido identificado como "Arturo" por los investigadores. Este sería el encargado de coordinar las labores de protección para el clan de féminas.
"Los Cochinos" protagonizaron la última balacera en la población, enfrentándose a "Los Gálvez", lo que llamó la atención de las policías, pues desde 2012 que no habían protagonizado hechos de gravedad. Ese año Carabineros les incautó municiones de 9 mm, calibres 38; 5,56 y un arma 7.62, las que son catalogadas como "municiones de guerra" por la policía.
"Los Come Perro" o "Los Guatones":
La incipiente banda que comienza a abrirse paso
"Los Guatones" eran conocidos en el sector occidente de la Región Metropolitana, siendo catalogados por la policía como una de las bandas más peligrosas de la capital, hasta que en 2008 fue desarticulada y posteriormente condenada. Sin embargo, este grupo mutó, no sólo en quiénes eran sus líderes, sino que también en nombre: actualmente son reconocidos como "Los Come Perro" de La Legua.
De esta banda no hay mucha información en los cuarteles policiales, pues sería nueva, compuesta en su mayoría por ex integrantes de "Los Guatones" y también por el grupo delictual femenino "Las Morticias".
El nombre de "Los Come Perro" se hizo conocido tras la última balacera en La Legua, ya que además del enfrentamiento armado entre "Los Gálvez" y "Los Cochinos", también se indaga que esta organización haya colaborado con alguno de los dos bandos, y así eliminar un potencial competidor en el narcotráfico.
De acuerdo a los últimos antecedentes que maneja la policía, sus líderes serían cuatro sujetos, quienes pertenecerían a -otra vez- un clan familiar, el cual estaría compuesto por jóvenes de entre 20 y 30 años.
En cuanto a la colaboración femenina que tendría esta banda, correspondería a "Ale" y "Paty", de quienes aún se investiga cuál es su rol en la organización criminal. Se cree que actúan en la búsqueda de proveedores para el tráfico o en la distribución de la droga en distintos puntos de la zona sur.
La calle donde estaría operando este grupo sería el Pasaje Francisco Zárate, el que colinda con otro de los sectores más peligrosos de La Legua: Santa Catalina y Sánchez Colchero, lugares que están dominados por otras bandas, como "Los Gálvez" y "Los Cochinos".
Al igual que los otros pasajes, esta calle tampoco tiene salida y registra una entrada por Jorge Camming, la que es catalogada por los policías como una de las zonas más peligrosas de La Legua Emergencia.
Sin embargo, se cree que sus integrantes no viven allí y que utilizarían este pasaje como un "centro de operaciones" para la distribución y escondite de la droga. La dificultad que ha enfrentado la policía, según señalan algunos de los investigadores, es que no mantienen un inmueble fijo para vivir y están entrando y saliendo de la población.