Era su segunda visita en dos semanas, en un período en que cada movimiento se escoge con pinzas. El lunes 4, Sebastián Piñera se juntó con una familia de Puente Alto beneficiada del plan especial para la zona de Bajos de Mena. La foto de su Instagram revelaba algo más: lo acompañaban su esposa, Cecilia Morel, y uno de los fichajes estrella de su comando tras la primera vuelta, el senador Manuel José Ossandón. Todo un equipo para reforzar la arremetida en un lugar que, literalmente, puede hacer la diferencia entre llegar a La Moneda o quedarse a las puertas.

Puente Alto es una de las 10 comunas que un estudio de la plataforma DecideChile marca como cruciales para definir quién será el próximo presidente. El grupo incluye tres comunas de la Quinta Región -Valparaíso, Viña del Mar y Quilpué-, y siete de la Región Metropolitana: además de la ya nombrada, la lista la integran Pudahuel, Santiago, Ñuñoa, Maipú, La Florida y Peñalolén.

Un millón 226 mil personas votaron el pasado 19 de noviembre en dichas comunas, el 18,59% de todos quienes participaron a nivel nacional. En este grupo, además, Beatriz Sánchez tuvo un desempeño especialmente bueno: obtuvo el 28,56% de los sufragios, ocho puntos más que el promedio de su votación total.

Además, al ser comparadas con anteriores elecciones, el nicho tiene una conducta inversa a la tendencia nacional: el bloque va al alza en términos de votos totales. Comparado, por ejemplo, con la segunda vuelta de 2010, hay 82 mil votos más.

Aunque hay obvias diferencias, las comunas comparten ciertas características socioeconómicas, culturales y demográficas.

"En promedio, son más educadas que el promedio del país -12,2 años versus 11,1 en promedio- y tienen ingreso imponible superior ($ 875 mil versus $ 741 mil). Son de un perfil de clase media, pero tienen también gente clase media alta o alta como Ñuñoa y comunas más clase media tradicional, como Valparaíso y Pudahuel. Por lo tanto, son representativas de comunas urbanas medianas y grandes que tienen importantes segmentos de clase media", dice Cristóbal Huneeus, analista y fundador de DecideChile.

Y en terreno, las campañas han respondido colocándolas entre sus prioridades en sus despliegues.

El misterio de Maipú y Puente Alto

Entre ambas suman más del 5% de la votación a nivel nacional, y con una potencialidad aún mayor. Para muchos analistas y expertos electorales, Maipú y Puente Alto están convertidas en el secreto más valioso de los comicios. No sólo por su peso específico, sino porque la tendencia, en ambos casos, apunta a una cantidad de electores que va creciendo.

Comparado con la segunda vuelta de 2010, las dos comunas suman 70 mil votantes más. Pero sus padrones aún muestran una participación con margen para aumentar: en Puente Alto lo hizo el 42% -bajo el promedio nacional-, y en Maipú, el 50,4%, cuatro puntos más que la cifra general.

Los 106 mil votos que obtuvo Beatriz Sánchez -29,15% en Maipú y 31,43% en Puente Alto- dejan abierta la elección en ambos lugares. La tendencia histórica ha favorecido a las candidaturas de izquierda, pero incluso un resultado estrecho podrían ser buenas noticias para Piñera. Cuando en 2009 se impuso a Eduardo Frei, el abanderado de centroderecha logró reducir la ventaja del ex presidente DC en las comunas a un margen de dos puntos, siendo que cuatro años antes la distancia con Michelle Bachelet había sido de 15 puntos.

Pero el grupo de votantes que se ha agregado despierta incertidumbre. Para muchos, la elección del domingo 17 podría ser el primer balotaje realmente competitivo al que se enfrenten. El diputado y experto electoral de la centroizquierda Pepe Auth, quien además representa a Maipú, explica que en sus análisis ha visto una irrupción fuerte de menores de 35 años en las urnas desde el inicio del voto voluntario. "Este electorado es el que está marcando el verdadero giro de la segunda vuelta en comparación con la primera", dice Auth.

Esto explica el énfasis de Piñera en Puente Alto. Además de sus visitas y el publicitado refuerzo de Ossandón, el alcalde Germán Codina (RN) se tomará días para respaldarlo en campaña. Algo que hasta el momento no ha sido replicado por la alcaldesa de Maipú, Cathy Barriga (UDI), lo que ha generado molestia en el equipo de campaña. De todas formas, Piñera estuvo junto a ella el pasado viernes en una actividad en la comuna.

Auth resume el renovado interés en una frase: "Son las dos comunas más grandes de Chile en participación y en electores. Y todavía tienen un potencial de crecer un poco más para la segunda vuelta".

A este eje se suma también La Florida, con más de 150 mil votantes. En esa comuna, el despliegue ha sido intenso en ambos bandos, con Ossandón y la diputada Camila Vallejo (PC) como los principales rostros.

Otra comuna del bloque es Peñalolén. La alcaldesa Carolina Leitao (DC) ha hecho campaña por Guillier sólo en fines de semana, pero el equipo del senador apostó por crear ahí un comando de segunda vuelta e incluso reforzarlo con elencos de otras comunas.

La mirada también está puesta en zonas como Santiago y Ñuñoa, donde tradicionalmente las elecciones han sido disputadas entre los bloques. Allí, falta por ver si el diputado Giorgio Jackson (RD), la primera mayoría en su elección, hace algún gesto que pueda influir en su electorado.

Valparaíso-Viña: lucha del Puerto

La historia opuesta ocurre a casi 100 kilómetros de distancia. Con más de 250 mil votos entre ambas -cerca del 4% del total nacional-, el eje de Valparaíso y Viña del Mar está entre las paradas más cotidianas que han tenido los candidatos en la campaña.

Pero si en Maipú y Puente Alto el misterio son los votantes nuevos, en las ciudades de la Quinta Región la pregunta es por las 30 mil personas que no votaron en la primera vuelta de 2017, comparada con el balotaje de 2010.

Una inquietud que en Chile Vamos es mirada con lupa por un dato adicional. Al mirar la diferencia entre las votaciones de la segunda vuelta ganada por Piñera en 2010 con la suma de los votos del ex mandatario y José Antonio Kast hace dos semanas, ambas comunas son las que más sufragios pierden: 30.900 en Valparaíso y 24.227 en Viña.

"El desafío para Piñera es reconquistar a los electores que dejaron de votar por él en primera vuelta respecto del 2010. Las dos comunas que concentraron una mayor fuga electoral son Valparaíso y Viña del Mar: 55 mil personas que en 2009 optaron por Piñera en esta oportunidad eligieron a otro candidato, lo que representa el 50% de los votos que van a definir la segunda vuelta", explica Tomás Fuentes, experto electoral de RN.

Viña del Mar ha sido uno de los bastiones de la derecha. En todos los balotajes, salvo en 2013, han ganado, e incluso ese año la diferencia entre Michelle Bachelet y Evelyn Matthei fue de poco más de un punto porcentual. Pero por su magnitud, la apuesta de Piñera es replicar un triunfo sólido como el de 2010, donde consiguió 16 puntos y 26 mil votos de ventaja sobre Frei. Por eso también la sede del comando de la Quinta Región está en dicha comuna, y la alcaldesa Virginia Reginato (UDI) se ha desplegado en campaña.

Valparaíso, en cambio, ha variado: le dio el triunfo a Lavín y Piñera en 2000 y 2010, y a Michelle Bachelet en las dos segundas vueltas que la llevaron a La Moneda. Sin embargo, en esta ocasión la llave la tiene el Frente Amplio, con el alcalde Jorge Sharp y el 36,76% de los votos de Beatriz Sánchez.

Cada gesto ahí ha contado. Por más trivial que parezca, como el baile que compartieron la semana pasada Sharp y la Presidenta Bachelet durante una visita de ella en la zona. Y por eso, también, Guillier repetirá el ritual de la primera vuelta, haciendo su cierre regional el miércoles 13 en Valparaíso, un día antes del acto final en Santiago.

Concepción, la otra zona clave para los comandos presidenciales

No está en la lista de comunas clave, pero ha concitado la atención tanto de Alejandro Guillier como de Sebastián Piñera: ambos equipos coinciden en poner a Concepción y sus zonas aledañas como uno de los grandes puntos de lucha de cara a la segunda vuelta.

En un instante donde cada desplazamiento vale oro, Guillier no sólo inició esta semana desplegándose en el Biobío, sino que coincidió con otra visita en la zona: la de la Presidenta Bachelet. Algo que fue criticado desde el lado opuesto como intervencionismo electoral.

Por su parte, el equipo de Piñera tenía programada una visita para el martes que viene, con el objetivo de asegurar el 37% que votó por él en la primera vuelta, pero también de conseguir respaldo en nichos como el del ex candidato José Antonio Kast, que consiguió 11% en la región y casi 10 puntos en la capital del Biobío. Ambas cifras, la de Piñera y la de Kast, superan sus promedios nacionales.

La razón del interés es evidente. El caudal de votos es atractivo:800 mil personas participaron en los comicios del 19 de noviembre en el Biobío, la segunda región que tuvo más cifra de votantes tras la Región Metropolitana.

Además, el patrón de conducta de los electores ha sido variado a lo largo del tiempo. En 2000, en la primera segunda vuelta presidencial de la historia chilena, el Biobío fue un bastión clave para Ricardo Lagos: le sacó nueve puntos y 85 mil votos de distancia a Joaquín Lavín, parte crucial de los poco menos de 190 mil sufragios con que llegó a La Moneda.

Pero una década exacta después, Piñera lograba imponerse por apenas tres décimas a Eduardo Frei Ruiz-Tagle; el 50,15% obtenido fue una ayuda en una elección que también se definiría por una diferencia de tres puntos porcentuales.

"La comuna de Concepción siempre ha sido clave por la importancia de cantidad de gente que representa y es una zona que históricamente ha sido de izquierda, pero en el 2009 tuvo la particularidad de que fue ganada por Piñera", dice el diputado UDI Enrique van Rysselberghe.

La suma de Piñera y Kast en la región se queda a menos de dos puntos de esa cifra. Y Beatriz Sánchez tuvo un desempeño bajo en Biobío comparado con su promedio nacional:el 15% de los votos.

Ambos candidatos enfrentan, además, otra pelea. Si se compara, por ejemplo, la elección de 2009 contra la primera vuelta de hace tres semanas, el Biobío es una de las regiones que más han bajado en cantidad de votantes, perdiendo cerca de 150 mil en menos de una década.