Nunca en su historia Universidad de Chile gozó de un reconocimiento internacional tan grande como en estos últimos dos años. Más allá de los tres títulos nacionales y la Copa Sudamericana, sus principales logros a nivel de resultados.
Coincidentemente, cada uno de estos capítulos grabados a fuego en la piel de los hinchas universitarios tuvo como denominador común a Jorge Sampaoli, el técnico argentino que, pese a ser resistido en un comienzo desde todas las esferas del club, incluidos los propios jugadores, llevó a cabo una revolución futbolística que difícilmente se pueda igualar en el corto plazo.
Fueron dos años intensos, de mucho "amateurismo" y "adhesión al escudo", como le gustaba argumentar a él tras cada brillante jornada futbolística de sus dirigidos. Fueron 24 meses de alegrías, pero también de agrias disputas internas, que dejó a más de algún herido en el camino. Pero más allá de algunos capítulos ingratos, el saldo es inmensamente favorable para el que para muchos se convirtió en el técnico más importante de la historia de la "U".
Arribo con resistencia
Jorge Sampaoli se sumó a Universidad de Chile el 15 de diciembre de 2010, en desmedro de Diego Pablo Simeone. La elección llevó a la molestia de un sector directivo, tomando la voz disidente, debido a la elección, el accionista Carlos Heller. "A veces me da vergüenza ser director de Azul Azul. Contratar un entrenador sin experiencia y desechar a otro con mayor recorrido, no se entiende", decía Heller en aquel momento. La resistencia también vino de la parcialidad azul, la que en el arranque del DT argentino en la banca azul no se convencía por no lograr resultados inmediatos. El problema llevó a declaraciones cruzadas entre directivos, lo que fue solucionado en una reunión interna.
Adiós a Victorino
El inicio de la era de Sampaoli fue traumático para el plantel. Las salidas de Rafael Olarra y Manuel Iturra encendieron las alarmas. Sólo la intervención del núcleo de Los de Abajo impidió que Diego Rivarola siguiera el mismo camino. Con el correr de los entrenamientos, algunos parecían hacerle la guerra al DT. Uno de ellos fue Mauricio Victorino, el defensor uruguayo que desde su llegada del Mundial de Sudáfrica sólo pensaba en irse. A disgusto en el club, el "charrúa" nunca entró en sintonía con el DT, que en vez de mimarlo, no perdía el tiempo en reprocharle su desidia. A cada trabajo mal realizado, lo obligaba a repetir una y otra vez la sesión con los sparrings. Después de la primera fecha del Apertura 2011, el zaguero se fue.
La "jubilación" de Rivarola
Sampaoli sumó una pesada "mochila" luego de que su equipo derrotara 2-1 a Colo Colo en el Estadio Nacional, con un gol agónico de Diego Rivarola. En días alegres para el pueblo azul, su sinceridad lo llevó a declarar que "Gokú" no estaba para jugar un partido completo al ritmo que su equipo requería.
"Rivarola no está en condiciones de sostener la intensidad en el juego un partido completo que el equipo necesita. Está para jugar 30 minutos", reconocía el DT poco antes de que el equipo viajara al sur para enfrentar a Huachipato. "Tendré que buscar otro equipo, porque yo trabajo para jugar los 90 minutos", respondió molesto el ídolo de la hinchada.
Antes del partido frente a los "acereros", José Yuraszeck se reunió con ambos, donde allanó la convivencia, al punto que el jugador anotó un golazo cuando ingresó en la parte final y terminó abrazado con el técnico.
El ex delantero azul no encajaba en el perfil del "9" que requería Sampaoli, pero accedió a mantenerlo en el equipo, sabiendo que de excluirlo, tal como lo hizo con Olarra o Iturra, la presión de la hinchada para un técnico que recién llegaba y para la propia dirigencia, sería insostenible.
El día más feliz en Chile
El 12 de junio de 2011, Sampaoli se ganó para siempre el corazón de los hinchas azules. Aquella tarde, la "U" ganó una de las finales más dramáticas de la historia de los playoffs a la UC.
"Nunca fui más feliz como en ese título. Era algo casi imposible de conseguir y el equipo lo hizo", confesaría el casildense, que en la charla previa al duelo en el Nacional tuvo un íntimo diálogo con Marcelo Díaz.
"Lo que vas a vivir hoy no se te olvidará jamás. Serás testigo de algo grande", lo animó el técnico al volante, quien en la cena de celebración develó el misterio de aquella conversación que se produjo en el hotel de concentración. "El hombre sabe, de eso no hay duda", contó entre risas.
Le dijo no a US$ 6 millones
Sampaoli celebró con sus colaboradores el logro más importante, hasta entonces, en su carrera. Sin embargo, días antes de jugar la recordada final con la UC recibió una propuesta prácticamente irrenunciable: US$ 6 millones por dirigir a la selección de Emiratos Arabes Unidos.
"Nos comentó que tenía esa importante oferta de Medio Oriente y que sabía que la 'U' no podía competir con esa cifra. Llegamos a un acuerdo y se quedó, priorizando el proyecto y los desafíos deportivos que le daba la 'U'", cuentan en el club. El casildense mantuvo para sí la propuesta de la selección emiratí y sólo la comunicó tras ganar el torneo local.
"Nos dijo que renunciaba a la gloria económica, porque siempre preferiría la deportiva", confiesa uno de sus cercanos.
El round con Aguad
La obsesión de Sampaoli por contar con los mejores jugadores posibles lo llevaban a solicitar resultados rápidos en las negociaciones que encargaba por los refuerzos que pedía. En esos momentos, Sabino Aguad era el gerente deportivo azul y sus resultados eran reconocidos por Azul Azul. Sin embargo, con los éxitos que alcanzaba Sampaoli, sus pedidos fueron creciendo.
"En un momento, por ejemplo, solicitó viajar en un charter a Colombia para enfrentar a Nacional de Medellín, por la Libertadores. Se enojó y lo mismo pasó cuando pidió traer a Enzo Pérez, Joao Rojas, Pablo Zeballos o Dorlan Pabón, pero sus precios, en varios casos, llegaban hasta los US$ 5 o US$ 7 millones y sus sueldos eran inabordables para el club. Además, los hombres que le ofrecía Aguad, que calzaban en el presupuesto del club, el técnico los desechaba, lo que ahondó la distancia entre ambos.
Ahí, Sampaoli comenzó a dirigirse directamente a José Yuraszeck, quien había instalado su oficina en el CDA, por lo que Aguad quedó como un funcionario decorativo, lo que él no aceptó y renunció antes de ir a jugar a Mendoza, contra Godoy Cruz. En ese momento, el técnico "fue el que comenzó a elegir los refuerzos", confiesan en el club.
Meneses, el regalón
No hubo un jugador que pidiera con más insistencia para la "U" que Fernando Meneses. Desde el primer día que llegó al CDA, le solicitó de una u otra manera a los dirigentes su contratación. Así pasó todo 2011, enviando e-mails y haciendo llamados para que le dieran el gusto. En diciembre pasado se abrió una puerta para su arribo. La UC había sido eliminada por los azules en las semifinales del Clausura y el DT escribió un correo electrónico a Azul Azul solicitando su contratación.
"Meneses estuvo listo. Incluso, te diría que firmó un contrato con Azul Azul que después nunca llegó a la ANFP. Cuando supo Sampaoli que la negociación se había hecho, saltaba en una pata. Estaba como un niño con juguete nuevo. Claro, cuando vio que después aparecieron los problemas, no había forma de controlarlo. Tres, cuatro veces al día llamaba para que destrabaran el asunto. No hubo como consolarlo luego de que Meneses se fue a Perú. Nunca lo tuvo tan cerca", confirma un allegado al técnico.
La afición por Cordera
Como buen hombre de izquierda, Sampaoli siempre deambuló por la música contestataria de su país. Fanático de Los Piojos, Los Fabulosos Cadillacs y Charly García, entre otros, el DT siempre sale a trotar con su iPod cargado de rock argentino. Sin embargo, si hay un músico que le quita el sueño ese es Gustavo Cordera. Con el ex vocalista de la Bersuit intercambió varios elogios mientras dirigió a la "U" e, incluso, el entrenador le prometió en su momento asistir al recital que iba a brindar en Lollapalooza. No obstante, por los cambios de programación en el último Apertura y la participación de la "U" en la Libertadores, no pudo llegar al concierto. "Hasta hoy me arrepiento", reconoció hace un tiempo, confidenciando que esa noche no dejó de pensar en el show que se perdió.
La cruz a Canales
Una relación de amor y odio fue la que vivió Sampaoli con Gustavo Canales. En el primer torneo tuvieron algunos cortocircuitos, que sólo superaron los tres goles que anotó en la final ante la UC. Ya en el segundo semestre de 2011, el técnico lo marginó del viaje a Río de Jainero para enfrentar a Flamengo, porque no aceptó ir al banco. Nuevamente los tantos decisivos en la recta final del año limaron las asperezas. Pero todo terminó de explotar cuando Canales se reintegró al plantel luego de caerse en primera instancia su pase al fútbol chino. El DT le abrió las puertas. Sin embargo, una semana después, el atacante abandonaba la concentración para conversar nuevamente su traspaso. En La Serena, donde estaban concentrados, el adiestrador juró nunca más recibirlo en el equipo.
No conoce feriados
Que el casildense es un obsesivo del trabajo, de eso no hay duda. Y en la "U" pueden dar fe de ello. No sólo los jugadores y dirigentes, también los funcionarios del CDA. Muchos todavía se ríen por lo bajo cuando el 1 de mayo del año pasado llegó al lugar para trabajar. Como siempre hay guardias en los accesos, no tuvo problemas para ingresar. El tema es que el edificio central estaba cerrado y nadie se lo podía abrir. Entonces, no encontró nada mejor que trepar y entrar por la ventana a su oficina. No tenía tiempo para perder.