El Salar de Atacama es el centro de operaciones de dos empresas líderes mundiales en producción de litio: la chilena SQM, controlada por Julio Ponce, y Albemarle, firma norteamericana que adquirió y continuó las operaciones de Rockwood. Ambas deben pagar un royalty a Corfo, entidad titular última de los recursos del subsuelo de dicho salar. Sin embargo, los valores de venta de la producción de ambas empresas no son iguales.

Según cálculos privados hechos a partir de cifras de Aduanas, SQM exportó durante el año la tonelada de carbonato de litio a US$ 10.974 en promedio, mientras que su rival lo hizo a US$ 9.156. La diferencia, comentan fuentes cercanas a ambas empresas, se debe al grado del producto exportado.

"En este sentido, durante 2017 SQM exportó un 42% del total de su producción de litio como carbonato de litio e hidróxido de litio grado batería", señala una fuente de la industria, valores que también superan a productores argentinos, de acuerdo con cifras obtenidas a partir del sitio web del servicio de comercio trasandino.

La misma fuente comenta que, el caso de SQM, el máximo valor a su producción de litio se agrega en Chile, puesto que aunque lo exporta a partes relacionadas, estas sólo se encargan de su comercialización, no de su procesamiento. "Por lo tanto, el impuesto por concepto a este valor agregado, se queda en Chile", señala la fuente.

Desde Albemarle, en tanto, comentaron que "las diferencias de precios entre distintos actores de la industria se justifican en todas las cláusulas que el Acuerdo de Valoración de Aduana de la OMC establece como válidas".

Entre ellas, señalan desde la productora minera, destacan "las diferencias de volumen, mercados a los que van destinados los productos y las especificaciones que tienen cada uno de ellos. En el caso del carbonato de litio esto es especialmente importante, ya que si bien, se utiliza una medida universal - LCE- para su cálculo, la comparación se puede referir a productos de características absolutamente distintas. Este no es un mercado de commodities y los productos se ajustan a las necesidades de cada cliente".

"En Albemarle somos socios de nuestros clientes y de Chile en el desarrollo de industria responsable. Es por esto, que además de las diferencias en las características de los productos, nuestros precios se basan en contratos de largo plazo, que no se aprovechan de las oportunidades de desequilibrio del mercado ni utiliza precios de venta spot", complementan desde dicha compañía.

Los montos de exportación del carbonato de litio son los únicos comparables, pues SQM también envía hidróxido de litio, a un precio mayor, superior a los US$ 18 mil por tonelada.

Platas al Fisco

Otro punto relevante de analizar es el monto que va para el Fisco a partir de cada tonelada de carbonato de litio vendida. Cifras públicas señalan que en el caso de Albemarle, el 29,4% del valor de la tonelada -que promedia en el año US$ 9.156- va a parar al Estado de Chile, mientras que si bien SQM vende a un precio mayor, de US$ 10.974 por tonelada, en su caso el 18,6% del precio de venta termina en las arcas fiscales.

"Independiente de las diferencias, lo importante es que el contrato Corfo estableció mecanismos de cálculo de comisión basada en el precio final de venta, algo que no se ve reflejado en esas estadísticas y que asegura al Estado de Chile un ingreso mucho mayor", indican desde Albemarle.