El este de Alepo, controlado por los rebeldes, podría quedar "totalmente destruido" a fin de año si persiste la "cruel y constante" ofensiva del gobierno de Damasco respaldado por Rusia. Así de tajante fue el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, durante una conferencia de prensa realizada el jueves en Ginebra, en la que advirtió que la escala de la tragedia humana en la parte sitiada de la ciudad era inmensa y que el mundo necesitaba evitar "otra Srebrenica, otra Ruanda". En la matanza de Srebrenica, durante la guerra de Bosnia, murieron más de 8 mil personas en 1995, mientras que un año antes, el genocidio ruandés le costó la vida a entre 500 mil y 1 millón de personas.
Cuando comenzó la guerra en 2012, Alepo era la ciudad más poblada de Siria. Ese año, los opositores al régimen se tomaron la mitad de la ciudad y, por primera vez desde el levantamiento en 2011, fueron atacados por las fuerzas del régimen. En 2013, el "Estado Islámico" tomó control de la parte este. Desde septiembre de 2015 esa área ha recibido ataques de Rusia. Las fuerzas del régimen controlan el oeste y avanzan hacia el este.
Crifas
376 personas han muerto en las dos últimas semanas y 1.266 se encuentran heridas, según cifras de Naciones Unidas.
275.000 personas se encuentran atrapadas en el este de Alepo. De ellas, se estima que 100 mil son niños. Según explicó la cadena BBC, las fuerzas del régimen tomaron control de la calle Castello, ubicada al norte de la ciudad y la principal arteria de la urbe, una ruta clave para el abastecimiento de suministros. Trabajadores de organizaciones humanitacias dijeron a la cadena Al Jazeera que el corte de la calle Castello por parte del gobierno ha hecho que la distribución de ayuda al este de Alepo sea"casi imposible".
1,2 millones de personas viven en la parte oeste de Alepo, que se encuentra controlada por las fuerzas del régimen. Las tropas leales a Damasco controlan ahora la mitad del distrito de Bustan al Basha, cerca del centro de la ciudad.
400 mil personas han muertos desde que se inició el conflicto en 2011. Se estima que la guerra ha dejado unos cuatro millones de refugiados y unos seis millones de desplazados.
600 pacientes necesitan ser evacuados por razones médicas. Los hospitales han sido blanco de bombardeos y, según CNN, se estima que quedan cerca de 30 médicos en el este de Alepo.
900 combatientes de los 8.000 en el este de Alepo son miembros del grupo Jabhat Fateh al-Sham, ex Frente al Nusra (rama de Al Qaeda en Siria, que el mes pasado se desvinculó de ese grupo terrorista), dijo el enviado de la ONU para Siria, quien se ofreció a acompañarlos para que salieran de Alepo y fueran hacia Idlib u otro lugar.
3.800 civiles muertos han dejado los bombardeos de las fuerzas rusas desde septiembre del año pasado. De ellos 906 son niños, según cifras del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.