Corea del Norte y Corea del Sur reabrirán el próximo lunes el complejo industrial conjunto de Kaesong, tras más de cinco meses de clausura, después de que representantes de ambas partes llegaran a un acuerdo tras una maratoniana reunión.
"El lunes 16 Kaesong abrirá a modo de pruebas y después las empresas (surcoreanas) podrán comenzar a operar plenamente" en este complejo ubicado en Corea del Norte, al borde de la frontera con el Sur, indicó a Efe una portavoz del Ministerio de Unificación de Seúl.
El comité conjunto para la nueva puesta en marcha del complejo creado por Norte y Sur el pasado 14 de agosto -día en que ambas partes decidieron reabrir Kaesong- concluía esta madrugada su segundo encuentro, que se prolongó durante 20 horas desde ayer por la mañana.
La portavoz surcoreana confirmó que Corea del Norte "acepta en principio las condiciones de seguridad impuestas por Seúl", que exigió a su contraparte garantías para que el polígono industrial no vuelva a cerrar sus puertas por decisión unilateral o debido a la tensión política entre ambos gobiernos.
Corea del Norte forzó el cierre de Kaesong el pasado 8 de abril cuando retiró a sus 53.000 trabajadores del complejo, como parte de una agresiva campaña de amenazas hacia Seúl y Washington en plena etapa de tensión.
La portavoz también destacó que ambas partes tratarán de atraer la inversión extranjera y para ello "tendrá lugar una reunión con empresarios foráneos en Kaesong en octubre", una propuesta de Seúl que en los pasados meses había sido acogida con aparente escepticismo por Pyongyang.
Hasta su clausura, un total de 123 empresas de Corea del Sur fabricaban productos en el polígono industrial aprovechando la mano de obra barata de los obreros norcoreanos, cuyos salarios son de aproximadamente 100 euros al mes.
Para compensar a las firmas por la prolongada interrupción de sus actividades, éstas no pagarán impuestos durante lo que queda de 2013, entre otras medidas acordadas por ambas partes.
Desde el cierre de Kaesong, las empresas surcoreanas han registrado unas pérdidas superiores a los 900 millones de dólares, según los únicos datos publicados a finales de junio, mientras Corea del Norte, para el que el complejo supone una importante fuente de divisas, no ha aportado datos al respecto.
Tras la elevada tensión vivida la pasada primavera, ambas Coreas han tratado de reparar sus relaciones y actualmente atraviesan una fase de distensión, en la que también buscan recuperar otros proyectos en común, como las reuniones de familias separadas o los viajes turísticos de surcoreanos al monte norteño de Kumgang.