En septiembre de 2009, dos años y medio después de que comenzará a funcionar el Transantiago, el Congreso aprobó la Ley de Subsidio al Transporte Público (20.378), más conocida como la ley espejo de fondos del Transantiago. Esta norma, largamente debatida, asignaba a las regiones una cantidad similar de los recursos que el sistema capitalino recibía como subsidio del Estado. Mientras en Santiago se buscaba evitar el aumento del precio de la locomoción colectiva, en regiones se pretendía mejorar la infraestructura, el transporte público y conectar zonas aisladas.
Sin embargo, la administración de estos dineros genera dudas entre parlamentarios y autoridades. Sospechan que muchos de los recursos no fueron utilizados en proyectos relacionados con el transporte en regiones. "Fue un tremendo logro el haber hecho esta ley espejo, que diera cuenta de la realidad de las regiones en materia de conectividad y de transporte, pero el problema está en que dicha ley nunca acotó la forma en que deberían usarse los dineros", explica el senador Carlos Bianchi (independiente).
Los dineros provenientes por la ley espejo se dividen en dos. En 2013, por ejemplo, se destinaron $ 255 mil millones a las regiones por este concepto (ver infografía), de los cuales $ 124 mil millones fueron asignados para la ejecución directa del Ministerio de Transportes, siendo utilizados para disminuir tarifas o garantizar la gratuidad del transporte escolar (ver recuadro).
El resto, unos $ 131 mil millones, fue destinado a los gobiernos regionales (gores), para que estos privilegiaran los proyectos a financiar. Para su ejecución, fueron traspasados al Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), programa de inversiones públicas destinado al financiamiento de acciones en distintos ámbitos de infraestructura social y económica de las regiones. El dinero que debía ser exclusivo para temas de transporte, se mezcló ahí con otros recursos regionales.
"Estando los dineros en una bolsa común, era mucho más complejo establecer la forma en que se gastaron, los cuales debieron haber ido exclusivamente para los temas de conectividad, transporte y todo lo que las regiones necesitan (…) es casi seguro que la utilización fue absolutamente distinta a lo que debió haber sido", agrega Bianchi, quien fue clave en el debate que generó la creación de estos fondos.
Otro parlamentario que duda sobre la administración de los recursos es el diputado Felipe Letelier (PPD), miembro de la Comisión de Transporte de la Cámara. "Ha sido una muy mala práctica, porque los dineros que están focalizados, al mezclarlos terminan desviándose y salimos perdiendo", comenta.
CASOS
Un ejemplo que evidencia el uso de los fondos espejo para otros fines es el caso de la Región de Coquimbo. En la intendencia reconocen haber utilizado en el 2013 sólo el 63% del total asignado. Según explican, el saldo restante "se reasignó según compromisos de pago adquiridos en inversiones prioritarias para la región".
Entre estos se encontraría la reposición de la Segunda Comisaría de Carabineros de Coquimbo, la cual tuvo un gasto aproximado de un millón 200 mil pesos. Otros proyectos financiados con el mismo fondo fue la reposición del estadio municipal de Punitaqui, el mejoramiento de la caleta San Pedro en Los Vilos, la construcción del edificio consistorial de la Municipalidad de Los Vilos, el mejoramiento de la Plaza Mirador de San Juan y plazas interiores de Coquimbo.
Al respecto, la intendenta de la región, Hanne Utreras, afirma que "apenas asumimos nuestra gestión en el gobierno regional, el pasado 11 de marzo, comenzamos a analizar los antecedentes. Así, podemos afirmar que al no contar con otras iniciativas de transporte en condiciones de ser ejecutadas, se reasignaron los recursos según compromisos de pagos adquiridos en inversiones prioritarias para la región. El no hacerlo hubiera significado la pérdida de dichos recursos al término del ejercicio presupuestario".
Utreras agrega que, "al contar con disponibilidad de recursos, estos se destinaron a otra asignación de proyectos, que apuntan al mejoramiento significativo de la calidad de vida de nuestros vecinos, por ser temas muy sensibles para el desarrollo regional".
CAMBIO DE FONDO
Para evitar lo anterior, a partir de este año los recursos comenzaron a formar parte del Fondo de Apoyo Regional (FAR), un nuevo destino de los dineros de la ley espejo.
"Antes, los recursos iban al Fondo Nacional de Desarrollo Regional, pero ahora con el cambio de la ley, el año pasado, van a ir al Fondo de Apoyo Regional", explica el ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo.
"Esto se hace para permitir y garantizar que estos recursos se usen efectivamente en infraestructura de transporte, porque en el FNDR también podían usarse para otras cosas que no estuvieran destinadas al transporte. Entonces, es una forma de crear un fondo que va a permitir focalizar más los recursos en infraestructura de transporte y en ferrocarriles", agrega.