En 1960 Chile tenía 37 casos de difteria por cada cien mil habitantes. Desde 1974, la vacuna contra la bacteria es parte del Plan Nacional de Vacunación, razón por la que desde 1996 ya no hay casos registrados en el país.

En España, el último registro data de 1987, pero hace diez días todo cambió. Un niño de seis años, de la localidad de Olot (Girona), llegó al hospital aquejado de fiebre y dolor de garganta. Se pensó en amigdalitis, pero las pruebas confirmaron la presencia de corynebacterium difhteriae, la bacteria responsable de la difteria y que en el 10% de los casos ocasiona la muerte. El menor no había sido vacunado por sus padres, reconocidos activistas antivacunas.

Ayer las autoridades informaron que de 57 menores que compartieron con el niño, ocho son portadores de la bacteria, pero no han hecho la infección por estar vacunados. En cambio, el menor sigue grave en un hospital de Barcelona.

Su caso atizó el debate respecto a la política de no vacunación de muchos padres, y se trasladó a otros países, incluyendo Chile, donde los casos de sarampión también están alimentando la discusión.

Gabriel León, director del Centro de Comunicación de la Ciencia de la U. Andrés Bello, dice que las vacunas son esenciales en la prevención y erradicación de enfermedades como la poliomelitis, la tos convulsiva, el tétanos y la difteria. "La introducción de la vacuna contra la polio, por ejemplo, eliminó casi por completo esta enfermedad. La incidencia de todas las enfermedades para las cuales el hombre ha desarrollado una vacuna ha caído drásticamente y muchas de ellas están erradicadas. Un caso impresionante es el de la viruela, que fue erradicada completamente de nuestro planeta a punta de vacunas. Enfermedades como la tos convulsiva o la difteria, que pueden ser fatales en menores, casi no existen hoy gracias a las vacunas", señala.

Sin vacunas

¿Qué ocurriría si en Chile dejamos de vacunar? Según León, "sería un desastre sanitario, un retroceso impresionante en materia de salud pública" ya que "enfermaríamos y moriríamos de sarampión, polio, tos convulsiva, difteria y otras enfermedades que muchos médicos jóvenes jamás han visto o diagnosticado y solo se conocen por la historia".

Esto es reafirmado por Juan Pablo Torres, pediatra infectólogo de Clínica Las Condes. "Hay muchos médicos que nunca han visto casos clínicos", por lo que es necesario reforzar la información.

Susan Bueno, científica del Instituto Milenio Inmunología e Inmunoterapia (IMII) y de la UC, explica lo que pasaría si se la vacunación retrocede. "Vamos a estar más susceptibles a contagiarnos si tomamos contacto con algún infectado, favoreciendo la diseminación del microorganismo y generando un brote epidémico".

Para Elizabeth Cabello, epidemióloga y académica de la Escuela de Medicina de la U. Andrés Bello, la vacunación es la estrategia más eficiente para prevenir enfermedades contagiosas. "Si las madres dejaran de vacunar a los niños aparecerían más casos y de mayor gravedad de tuberculosis, difteria, tétanos, tos convulsiva, etc. en niños pequeños no vacunados".

El calendario de vacunación del Ministerio de Salud, es la principal estrategia de protección, afirma.

Nelly Baeza, encargada del Programa de Salud Pública de la U. Central, agrega que el intenso tráfico migratorio y el relajo individual de las medidas de prevención también ayuda a la proliferación de los males contagiosos considerados "antiguos".

En el caso de males de origen bacteriano, hay una relación con una resistencia creciente a los antibióticos, y a la falta de conciencia de riesgo. En los males virales, la sensibilidad a gérmenes es mayor en niños cuyos padres no han querido vacunar.

Difteria, tétanos y tos ferina

El plan de vacunación indica seis dosis contra la difteria (vacuna pentavalente). Pero como en España, basta que un niño sin vacuna tenga contacto con algún portador sano para causar un brote. Hasta ahora, el número de casos en Chile es cero.

Según el Ministerio de Salud, el país registra pocos casos de tos ferina y tétanos. En el caso de este último, se produce por una toxina de la bacteria Clostridium tetan que entra al cuerpo por una herida. En 2013 hubo 10 casos y tres de ellos fallecieron. Según  León, a diferencia de la viruela, ya erradicada, la bacteria del tétanos vive en el suelo y en otras superficies, por lo que es imposible erradicarla. Además, la vacuna pierde efectividad con los años y los adultos están más expuestos.

Según Bueno, otro motivo por que el tétano y la tos ferina siguen circulando es que las vacunas no son 100% efectivas. "Los microorganismos que causan estas enfermedades varían entre un país y otro. Significa que vacunas que tienen 100% de efectividad en Norteamérica pueden no tener la misma efectividad en Sudamérica", dice.