Las estrategias de las parejas para resolver sus conflictos
<img height="21" alt="" width="94" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200907/438255.jpg" /> Concentrar la atención en el proyecto común o poner el foco en validar a cada integrante, son dos formas que ayudan al éxito de la relación, de acuerdo con un estudio de la UDD.
Roberto y Margarita tienen un conflicto serio, tremebundo, imposible de solucionar. Llevan más de 10 años de casados, con hijos y se ven felices (sospechosamente felices, según sus conocidos) con la familia que han construido juntos.
Pero la "diferencia" sigue ahí, como un mueble barroco en un casa japonesa. Roberto y Margarita (los nombres fueron cambiados) forman parte de los matrimonios que la Universidad del Desarrollo (UDD) entrevistó para saber cómo resuelven sus conflictos las parejas chilenas. Para el estudio eligieron uniones bien avenidas, con 10 ó más años de casados y con hijos. La idea fue dar con el secreto de su éxito.
"En este matrimonio él (Roberto) es ateo. Ella (Margarita), en cambio, es muy católica, comprometida con un movimiento religioso y tiene la casa llena de símbolos cristianos", cuenta Gianella Poulsen, sicóloga y una de las autoras del estudio.
¿Y cómo terminaron con su conflicto? La respuesta puede sorprender: el secreto de Roberto y Margarita es que saben que su problema no tiene solución. Intuyen lo que el renombrado sicólogo de la Universidad de Washington John Gottman puso en cifras, esto es, que incluso los matrimonios más felices no resuelven ni el 70% de sus conflictos. Simplemente, ponen el foco en otras dimensiones de la pareja.
Roberto y Margarita también sospechan que la única forma de pulverizar el problema sería cambiar las creencias de uno de ellos, es decir, parte de su carácter o personalidad. Como esto no es posible, aprendieron a vivir desarrollando estrategias que descubrió el estudio de la UDD.
EN NOMBRE DE LOS HIJOS
Concentrarse en el proyecto en común y no en el conflicto es una de las formas como los chilenos sacan sus matrimonios adelante. En los momentos de crisis realizan una especie de renovación de votos, ya sea con el futuro de sus hijos o con la mantención del patrimonio.
Claro que no se trata de un asunto sólo simbólico. Para empezar, se requiere lo obvio, es decir, reconocer el conflicto y mostrar disposición a superarlo más que resolverlo. Luego viene la búsqueda de acuerdos conversando y escuchando al otro. Aquí, proteger el "espacio común" del resto de la familia, amigos o conocidos, es clave. Es muy típico de los chilenos encerrase en una fortaleza. Se trata de un táctica usada por parejas, en general, más tradicionales, donde suenan mucho palabras como "lealtad" y "respeto".
Además, en el caso de Roberto y Margarita, el humor fue una herramienta importante para soslayar las diferencias. Y no cualquier humor, sino ese que está sincronizado, es decir, donde ambos están de acuerdo en qué resulta gracioso y qué no. El sarcasmo, en cambio, tiene mal pronóstico. Lo mismo que los remedos o poner los ojos en blanco, como burla.
JUNTOS, NO REVUELTOS
Reencontrarse consigo mismo y, por lo tanto, con el otro, es una estrategia tan válida, como enfocarse en el proyecto en común.
Las parejas que eligen este camino concentran sus energías en reconocer al otro y validarse a sí mismos como individuos, por ejemplo, a través de la profesión o gustos personales.
Una de las sorpresas que se llevó Poulsen fue cuán importante es para las parejas menos tradicionales (no están casados legalmente y son más liberales en lo político y en lo religioso) que la mujer trabaje y aporte económicamente. Es todo un "tema". Eso sí, cuando ambos lo hacen, es fácil que se desarrolle una carrera por el poder. Es muy típico el "yo mudé al niño ahora te toca a ti". Este "uno a uno" puede ser muy desgastador.
La importancia del factor trabajo se debe al enorme significado que adquiere la identidad del marido o la esposa. Por ello, regular las distancias -marcando bien cuáles son "tus" actividades y espacios y cuáles las "mías"- es un camino. "Empatía" y "honestidad" son dos palabras que se repiten mucho entre este grupo.
¿Y qué ocurre con los matrimonios chilenos que permanecen entrampados?
JINETES DEL APOCALIPSIS
Gottman no sólo anticipó que un 70% de los conflictos maritales no se resuelven. También las cuatro actitudes que predicen un fracaso amoroso: criticismo, desprecio, actitud defensiva e indiferencia. Las llamó "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis".
De estos "jinetes", en territorio nacional es usual encontrarse con el criticismo en la mujer y la actitud a la defensiva en el hombre. La esposa descalifica al marido atacando su personalidad ("eres flojo" en lugar de "no me gusta que dejes tu ropa tirada") y éste se defiende inventando excusas ("es que tú ocupas todos los armarios").
La presencia crónica de estas posiciones hostiles predice, según Gottman, en un 80%, un divorcio. Un 50% de estas separaciones -agrega Poulsen- ocurren durante los siete primeros años de matrimonio.
¿Qué ocurriría si en lugar de que Margarita aceptara el ateísmo de Roberto, le criticara que nunca la acompaña a misa y lo tratara burlonamente de amargado y él, a la defensiva, respondiera que ella no reconoce su esfuerzo porque es una pechoña? Seguramente la historia de esta pareja no tendría un final feliz.
MUJERES PREDICTORAS
El estudio de la UDD confirma que son los hombres chilenos los más satisfechos con su relación marital. Las mujeres, en cambio, sacan menor puntaje cuando se mide el ajuste o sintonía de pareja.
Pues bien, de esta investigación se puede inferir que si es la mujer la menos feliz, el pronóstico no es bueno. ¿La razón? Una hipótesis es que cuando el marido es el desencantado, resulta más fácil "darlo vuelta" durante la terapia, es decir, hacerlo cambiar el prisma con que mira su vida en común y, así, encantarlo nuevamente. Pero si es la mujer quien tiene dudas, el asunto es serio. La experiencia clínica demuestra que son las esposas las más atentas a la relación. En muchos casos su disconformidad se manifiesta cuando ya ha intentado de varias formas mejorar el clima del matrimonio. En otras palabras, cuando ya "ha tirado la toalla" .
Al revés, si el nivel de satisfacción sexual de la mujer es alto, su ajuste marital también lo es.
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