Estación Los Héroes, miércoles, 19.15 horas. Ana María Faúndez recorre la vitrina con atención. Pasea la mirada por los libros ilustrados. Viene de Providencia, donde trabaja como asistente de marketing, y va hacia su casa en La Cisterna. A diario hace combinación aquí y cada 15 días se detiene en el Bibliometro. Es socia  hace 10 años y ha leído desde las novelas y cuentos de García Márquez y Julio Cortázar a los libros de Alberto Fuguet. Ahora está leyendo Wicked, la novela sobre la bruja verde de El mago de Oz.  A ella le gusta el sistema: "Es rápido, variado, tiene novedades todos los meses y lo mejor es que me puedo llevar los libros a la casa", dice. Después de unos minutos, se decide y pide tres volúmenes. Pero no son para ella: son para su hijo de cuatro años, que también es socio.

Es horario punta. El tránsito en el Metro es intenso. En el Bibliometro, también. Hay cuatro o cinco personas permanentemente en el mesón. Se va una y llega otra. Entran y salen libros.  Débora Castillo, estudiante de publicidad de 21 años, devuelve El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, y se lleva Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson. Se inscribió hace seis meses y calcula que ha leído unos 25 libros, entre ellos casi todos los de Isabel Allende.

El Bibliometro de Los Héroes es uno de los más antiguos. Con Cal y Canto y Tobalaba, fue uno de los tres que inauguró el programa en 1996. Y es uno de los más visitados. "A veces llegamos a prestar 200 libros al día", dice Luis Lara, el encargado del módulo. El año pasado lideró el ranking de préstamos, con 40 mil libros.

Bibliometro es uno de los programas más innovadores y exitosos de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos. Desde su apertura ha crecido vigorosamente. Partió con tres locales, mil 500 libros y 12 mil préstamos al año. Hoy cuenta con 15 estaciones (de Puente Alto a Tobalaba, de Escuela Militar a La Cisterna y Vespucio Norte) y 45 mil volúmenes de 15 mil títulos. Este año se abrirán cinco módulos más: Maipú, Los Dominicos, Ñuble, Macul y Lo Prado.

Con 100 mil inscritos y unos 50 mil socios activos, la cantidad de préstamos también ha aumentado. En 2007 fueron 160 mil. En 2008, 201 mil. Y el año pasado, 252.260. "El servicio está súper bien evaluado por la gente", dice Angela Salazar, coordinadora del programa. "El éxito que ha tenido demuestra que la gente quiere leer, pero a veces no tiene las oportunidades. Bibliometro acerca la lectura a las personas. Y ellas valoran eso: la biblioteca les queda en el camino y les ofrece un servicio rápido, gratuito y con libros nuevos y a la moda".

Para ser socio, basta con el carnet de identidad y un comprobante de domicilio. Habitualmente los adultos pagan una inscripción de $ 3.000 y los estudiantes de $ 1.000. Los menores de 18 y los mayores de 60, están liberados. Pero este mes y hasta febrero, la inscripción es gratuita para todos. Los libros se prestan por 15 días, con la posibilidad de renovarlos. En el verano, el préstamo es por un mes. Un socio puede pedir hasta tres libros de una vez y devolverlo también en cualquier módulo.

EL MEJOR LECTOR
Estación Quinta Normal, jueves 24 de diciembre, 11 horas. La Presidenta Michelle Bachelet  baja las escaleras mecánicas con Nivia Palma, directora de la Dibam. La mandataria va a inaugurar oficialmente el nuevo Bibliometro y Octavio Soto, reponedor de supermercado, 33 años, no lo puede creer. Octavio está en primera fila y ha sido invitado como el mejor lector del año. En 12 meses, ha  pedido 115 libros. "Yo leo porque me entretengo. Nunca pensé que me iban a premiar por eso y menos que iba a estar con la Presidenta. Quedé pa' dentro", dice.

Octavio Soto vive en el paradero 40 de Gran Avenida y trabaja en Vespucio Norte. Cruza Santiago  de punta a punta dos veces todos los días. Antes se aburría y miraba con cierta envidia a la gente que leía en los vagones. Había visto los módulos de Bibliometro, pero pensaba que cobraban por libro prestado. En 2008 comprobó que no era así. Y se inscribió. Y descubrió al comelibros que lleva dentro. "Puedo leer un libro en un día o en dos semanas.

Depende del libro", cuenta. En el año que lleva como socio descubrió que El padrino estaba inspirado en la novela de Mario Puzo. Y leyó los tres títulos de Puzo que hay en Bibliometro. Otro descubrimiento fue John Grisham. "Me lo recomendaron. Y lo encontré súper bueno". Tanto, que devoró siete al hilo, entre ellos Causa justa y El inocente. Y contagió su entusiasmo en la casa: su hija de 10 años se hizo socia y está leyendo Harry Potter.

Así, el programa cuenta con socios de todas las edades. El grueso del público, en todo caso, tiene entre 20 y 40 años y es mayoritariamente femenino. "Entre el 60 y 70% son mujeres", apunta la coordinadora Angela Salazar. Empleados y dueñas de casa son los socios mayoritarios, luego están los universitarios, adultos mayores y los niños. Pensando en ellos, el programa ha integrado libros lavables y para meter a la ducha.

El catálogo de Bibliometro es amplio, diverso y actual. Abarca desde clásicos a bestsellers, de historia al cómic y de poesía a libros de arte o de rock. En sus vitrinas conviven Elizabeth Costello de JM Coetzee, Crepúsculo de Stephanie Meyer, Historia de la vida privada en Chile de Rafael Sagredo y Cristian Gazmuri, Batman de Allan Moore, Los detectives salvajes, de Bolaño, Mi nombre es Malarrosa de Hernán Rivera Letelier y Zoológico de Anthony Browne.

"El tipo de colección responde a las necesidades de los usuarios. La idea es entretener con buenos libros. Acá no van a encontrar textos de matemáticas o de química. Esos están en el sistema de bibliotecas", comenta Angela Salazar. Entre las últimas incorporaciones del programa está El símbolo perdido de Dan Brown, el libro de ensayos Bolaño Salvaje y La isla bajo el mar de Isabel Allende.

La escritora chilena es una de las más leídas, junto con Pablo Simonetti, Roberto Ampuero y Hernán Rivera Letelier. Le siguen Bárbara Wood, últimamente Stephanie Meyer, Dan Brown y Stieg Larsson. Entre los autores más literarios, Paul Auster, Philip Roth y Roberto Bolaño se llevan las preferencias. Quienes  gustan de la onda mágica o esotérica, tienen a Alejandro Jodorowsky entre sus favoritos.  "Hay para todos. Por ejemplo, muchas mujeres se llevan libros como Por qué los hombres aman a las cabronas o Por qué las mujeres son infieles", dice Luis Lara.

Originalmente chileno, el programa ha sido adoptado por España y Colombia. En Madrid debutó en 2005, en Medellín en 2006 y un año después en Bogotá.

OTRO UNIVERSO
Estación Plaza de Armas, jueves, 14 horas. Dos mujeres consultan el catálogo. Aparece un hombre joven. "¿Tienes Tokio blues?", pregunta. "Está prestado, pero tengo otro de Murakami", responde el encargado. La mayoría de los funcionarios son bibliotecarios o universitarios. "Son los responsables de ofrecer lo que hay y deben manejar el catálogo para orientar a los lectores", observa Angela Salazar. "La gente suele pedir los bestsellers. Nosotros tratamos de darles más alternativas", agrega Luis Lara.

En una encuesta reciente, Bibliometro recibió una aprobación del 83,7%. Acaso por eso, los usuarios lo respetan: el índice de pérdidas es muy menor, dice Angela Salazar. "Nosotros cuidamos los libros", atestiguan las hermanas Débora y Valeska Marchant, socias hace dos años. "Nos gusta leer y no queremos perder el beneficio", agregan.

A casi 14 años de su creación, las bibliotecas bajo tierra son un éxito. Como si guardaran la llave a otro mundo. "¡Qué idea tan linda la de estas bibliotecas de paso!", escribió Isabel Allende en un mensaje para la inauguración del módulo de Franklin, en agosto pasado. "Uno va en medio de una muchedumbre apurada y de mal humor, de ida o vuelta del trabajo, y en vez de tomar un café, uno toma un libro prestado y por unas horas, de la mano del autor, entra en otro universo". El universo de la ficción.