Las FARC reafirmaron hoy en La Habana su apuesta por el diálogo de paz colombiano a pesar del retroceso que, a su juicio, representan los últimos golpes militares contra la guerrilla, y reclamaron un alto el fuego bilateral como la única vía para impulsar el proceso de negociación.
"Los diálogos de paz necesitan un fuerte impulso, y este solo podrá venir de una tregua bilateral", manifestaron los delegados insurgentes, tras lamentar que la "arremetida" contra las FARC y las "masacres" de guerrilleros de los últimos días "son un paso atrás en lo avanzado hasta ahora en la Mesa de La Habana".
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) retomaron este lunes sus conversaciones conjuntas con el Gobierno, tras anunciar el pasado viernes la suspensión de la tregua unilateral que declararon en diciembre, debido a la muerte de 37 guerrilleros en dos operativos militares en las regiones de Cauca y Antioquía.
En una declaración ante la prensa leída por Pablo Catatumbo (alias de Jorge Torres Victoria), las FARC advirtieron que intensificar la guerra "no es el camino" para lograr la paz al tiempo que criticaron la actitud del presidente, Juan Manuel Santos.
"El presidente Santos ha actuado (...) con total ausencia de buen juicio y con un discurso contrario al propósito de reconciliación, de diálogo y de paz concertada que él pregona, propalando un mensaje que solo puede favorecer a quienes ansían la perpetuación de la guerra en Colombia", dijo Catatumbo.
Según la guerrilla, "un jefe de Estado no puede regocijarse con la muerte de compatriotas, mucho menos cuando estas representan golpes directos contra su principal bandera de Gobierno: el fin del conflicto".
Ante esta situación, la guerrilla volvió a justificar la decisión de suspender una tregua unilateral "que se hacía insostenible por la incoherencia del Gobierno" pero garantizó su voluntad de seguir dialogando en la Mesa de La Habana.
"No podemos echar por la borda los esfuerzos empeñados en ya casi tres años de conversaciones. La construcción de un acuerdo de paz nos exige a todos sindéresis, realismo y coherencia. En La Habana se discute el futuro de Colombia", señaló la insurgencia.
Por ese motivo, instaron al Gobierno colombiano y a su presidente a no actuar "al vaivén de intereses ultraderechistas, nacionales y extranjeros, presiones militaristas o cálculos electoreros oportunistas para subir en las encuestas".
También quisieron dejar claro que las FARC no se alegran "por la muerte de ningún compatriota": "Nos duelen los once soldados de Buenos Aires (muertos en un ataque de la guerrilla en abril) y nos duele la muerte de todos nuestros camaradas".
Los negociadores del grupo rebelde exigieron al Gobierno colombiano que los cuerpos de los guerrilleros asesinados en los bombardeos de la pasada semana "sean entregados con diligencia a sus familiares y que reciban un entierro digno", al tiempo que solicitaron una veeduría de organismos nacionales e internacionales sobre los últimos ataques.
Las conversaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla se encuentran actualmente en su ciclo 37 y siguen centradas en el debate de las víctimas del conflicto.
El duro golpe militar a las FARC con los ataques de los últimos días se ha producido en un momento en que los negociadores iban a anunciar el inicio y puesta en marcha del plan de desminado que acordaron en marzo, una de las medidas más destacadas para reducir la intensidad del conflicto.
Además de retomar sus conversaciones conjuntas tras las sesiones de trabajo por separado que celebraron el sábado y el receso programado del domingo, las partes recibieron hoy en La Habana la visita de varios funcionarios de Naciones Unidas especialistas en temas de género.
Se trata de Belén Sanz, representante de ONU Mujeres en Colombia; Todd Howland, representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Derechos Humanos; y Zainab Bangura, la representante especial de la ONU sobre violencia sexual en conflictos armados.
Estos expertos han viajado a Cuba para participar en la subcomisión de género creada como uno de los instrumentos paralelos a los diálogos de paz de La Habana.