EL PESO DEL CARISMA
Rousseff: La falta de carisma es quizás una de las debilidades que más complican la campaña de Dilma Rousseff. "Carece del carisma y la habilidad política de su mentor, Lula da Silva, y ha sido una administradora mediocre e inconsistente", afirma Margaret Hayes, profesora de estudios de seguridad en la Universidad de Georgetown. En ese sentido, dirigentes del propio Partido de los Trabajadores (PT) piden que la campaña oficialista sea "más emoción" y "menos números". De hecho, algunos miembros del PT plantearon que Lula fuera el candidato en vez de Rousseff, para aprovechar el carisma del ex mandatario.

Silva: En cambio, la cercanía con la gente no es un problema para Marina Silva, sino una fortaleza. "La imagen, el mito de Marina, es superior a ella como candidata. Ese mito tiene una mezcla de algo más mesiánico. No hay muchas cosas malas que decir sobre ella", señaló al diario español El País Ricardo Meirelles, director del brasileño Instituto Data Popular. De hecho, el corresponsal de ese periódico en Brasil, Juan Arias, agrega que "la dificultad esta vez para el ex Presidente Lula, incluso con su gran carisma, consiste en deconstruir la imagen de Marina Silva, a la que muchos brasileños ven como una reencarnación femenina de la figura de Lula, de su biografía, y poseedora de buena parte de sus ideas".

LOS TEMAS VALÓRICOS
Rousseff: La Presidenta Dilma Rousseff aprovechó la rectificación del programa de gobierno de su principal adversaria para atacar su perfil de "evangélica fervorosa" en lo que se refiere a temas valóricos. Además, sostuvo que Silva "siempre evita comentar la cuestión del aborto" y constató: "Antes condenaba con vehemencia la legalización. Hoy, según ella, la decisión debe ser tomada a través de un plebiscito". Aprovechando la controversia, la mandataria, que ha mostrado un perfil más liberal en temas valóricos, defendió una norma para criminalizar la homofobia, proyecto que inicialmente estaba en el plan de gobierno de Silva, pero que fue retirado, aparentemente, para evitar conflictos con el electorado evangélico. Una encuesta de Ibope revelada esta semana mostró que los brasileños no son liberales en temas valóricos: el 53% rechaza el matrimonio homosexual y el 79% no quiere que se legalice el aborto.

Silva: Una de las polémicas que ha enfrentado Marina Silva durante su campaña se relaciona con estos temas. El Partido Socialista Brasileño (PSB) corrigió el párrafo vinculado a los derechos de la población LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) que había sido divulgado durante la presentación pública del programa de su candidata. En el texto original, la líder ambientalista se comprometía a defender los proyectos que se tramitan en el Congreso destinados a transformar en ley el derecho de los LGBT a contraer matrimonio. Tras la corrección, el compromiso pasó a ser "garantizar los derechos oriundos de la unión civil entre personas del mismo sexo". El cambio más sustancial tiene que ver con la eliminación de la palabra "casamiento", algo que Silva no aprueba.

RESPALDO DE LOS INVERSIONISTAS
Rousseff: Según la agencia británica Reuters, el desprecio por las políticas izquierdistas de Rousseff es tan profundo en los mercados financieros brasileños, que suscitó un comentario reiterado: "Marina es como una ruleta rusa, pero Dilma es un revólver cargado". "La economía no ha tenido el mismo desempeño que en la época de Lula y la inflación comienza a pesar más fuertemente en los bolsillos de los consumidores, especialmente en los más pobres", explica a la cadena BBC el cientista político Ricardo Ismael. Además, en Sao Paulo, la capital financiera del país, existe fuerte antipatía entre los inversores cansados de las pérdidas desde que Rousseff llegó al poder en 2011. Durante su gobierno, la economía brasileña ha crecido menos de un 2% anual y el real se ha debilitado un 26%. Quizás por ello la presidenta dijo que hará cambios a su equipo en un eventual segundo mandato y no confirmó la continuidad de Guido Mantega como ministro de Hacienda. "Gobierno nuevo, equipo nuevo, no tengan dudas de eso", afirmó.

Silva: En cambio, desde que entró en la contienda, Marina Silva se ha presentado como una figura reformista y favorable al mercado. Su equipo de asesores incluye al respetado economista Eduardo Giannetti da Fonseca y a la socióloga Neca Setúbal, una de las principales herederas de Itaú Unibanco S.A., el mayor banco del sector privado en Brasil. "El hecho de que Silva trae consigo asesores de ese calibre (...) da a los mercados mucha comodidad", dijo Marcelo Salomon, analista de mercados emergentes en Barclays en Nueva York. Setúbal, una de las principales consejeras de Silva y encargada de sus planes educativos, ha destacado la importancia de un "Banco Central con autonomía". La Bolsa brasileña ha subido los días en que las encuestas muestran un alza de la candidata ecologista.

EXPERIENCIA EJECUTIVA Y APOYO POLÍTICO
Rousseff: Dilma Rousseff sabe jugar dentro de las reglas del sistema político brasileño, conocido como "presidencialismo de coalición", en el cual el presidente para ganar las elecciones y gobernar después necesita apoyarse en un amplio conjunto de partidos en el Legislativo. Así, su gobierno se sostiene en la alianza entre su propio partido, en este caso el PT, y el PMDB, un partido de centroderecha, con gran poder local y que en sí mismo es una especie de gran coalición de caudillos/caciques esparcidos por Brasil. En total, 10 partidos apoyan su reelección. Sin embargo, Antonio Carlos Mazzeo, cientista político de la Universidad Estadual Paulista, destaca que "los desgastes relacionados al tiempo que su partido está en el poder constituyen, sin lugar a dudas, un punto débil en la candidatura de Dilma".

Silva: El caso de Silva, candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), es opuesto al de Rousseff en este punto. "Si gana, Marina llegará a la presidencia amparada en un partido que no es el suyo (y en el cual ya dijo que no pretende quedarse) y apoyada por la menor coalición electoral desde la elección de Fernando Collor en 1990 (hoy los partidos de su coalición tienen juntos apenas 30 diputados y cuatro senadores). Marina podría superar ese problema ampliando su alianza para la segunda vuelta", escribió Sérgio Fausto, politólogo y director ejecutivo del Instituto Fernando Henrique Cardoso. Asimismo, Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano de España, agrega que otra de las críticas contra Silva se centra en "su falta de experiencia en cargos claves de gestión política, más allá de su paso por el Ministerio de Medio Ambiente con Lula".