Oscar Pistoruis ya lleva tres días en juicio por la muerte de su novia Reeva Steenkamp. Y en este corto período los medios ya destacan la habilidad del abogado defensor del atleta paralímpico. Barry Roux tomó por ahora el control de las audiencias y ha logrado poner en duda los testimonios de la fiscalía. El último, un incidente con un arme de fuego en un restaurante.
Según destaca El Mundo, el abogado "logró por fin disgregar numerosos focos de duda en los testimonios de los vecinos que oyeron discutir a la pareja antes del tiroteo hasta el punto de anular esos relatos o, como mínimo, rebajar notablemente la relevancia que tomaron al principio del proceso".
Por ejemplo, desmoronó la historia contada por Charl Johnson, el marido de Michelle Burger, el matrimonio que vive muy cerca de la casa donde ocurrió el asesinato, y en la que ambos relataron "gritos traumáticos" antes de los disparos. Pero el abogado, comparó las declaraciones e hizo ver que la declaración era una "creación", que fue "ayudada" por la policía.
La fiscalía entonces buscó dar un giro. Las dos partes concuerdan en que Pistorius disparó el arma, pero la defensa argumenta que fue pensando que era un ladrón.
Así que fiscal Gerrie Nel apuntó al carácter de Pistorius con un incidente que ocurrió un mes del asesinato, en el restaurante Tasha's Melrose Arch de Johannesburgo. Pero en el estrado, el joven boxeador sudafricano Kevin Lerena, afectado por el hecho, minimizó la situación.
"Estábamos comiendo cuando Darren Fresco, un amigo nuestro, le pasó su arma a Oscar y cuando lo hizo, ésta se disparó. Vi que había un agujero en el suelo, cerca de mi pie, y que había sufrido un rasguño en un dedo pero no más", explicó Lerena que luego añadió que ante los responsables del local Fresco cargó con las culpas y que Pistorius "se deshizo en disculpas por lo ocurrido".
Los dueños del restaurante también hablaron a favor del atleta.
Así, por ahora, Pistorius descansa en las habilidades de su abogado, quien lleva la delantera en el juicio.