Las heridas que dejó el acuerdo tributario

Partidos de la Nueva Mayoría, como el PC, notificaron no sentirse representados por el protocolo firmado el martes. En tanto, tras las críticas de Piñera, diputados de RN y parlamentarios de Amplitud anunciaron que no apoyarán la reforma, pese a los ajustes.




En las distintas fotografías que dejó el acuerdo tributario, firmado la noche del martes por el gobierno y la Alianza, no figuraban en los créditos los representantes de la IC, el MAS, el PC, el PRSD, los independientes y del movimiento Amplitud.

El hecho reflejaba la distancia con que reaccionaron estos grupos miembros de la Nueva Mayoría y la Alianza frente al protocolo redactado por el Ministerio de Hacienda y senadores opositores y oficialistas. Las motivaciones, sin embargo, eran distintas. A juicio de algunos, la reforma seguía siendo "mala". A juicio de otros, se había cedido demasiado.

Ayer en la mañana, en la Cámara, varios diputados se acercaron a saludar al diputado DC Pablo Lorenzini, uno de los pocos falangistas que criticó el acuerdo, al poner en duda que los ajustes permitan recaudar los US$ 8.200 millones que pretende el Ejecutivo.

Así, las dudas por el acuerdo se esparcieron rápidamente entre parlamentarios de la izquierda de la Nueva Mayoría. "No fuimos informados", dijo el presidente del PC, Guillermo Teillier, quien agregó que "nos preocupa que pudiera desnaturalizarse el espíritu original de la reforma". 

La misma inquietud expresaron el diputado IC Sergio Aguiló y el presidente del MAS y senador, Alejandro Navarro. "Quiero conocer el proyecto, pero no quiero un 'futito'", dijo Navarro.

Esta molestia fue creciendo durante la mañana. Incluso, la bancada PC-IC emitió una declaración escrita, en la que señalan no sentirse obligados a respaldar el acuerdo. Uno de los argumentos es que el apoyo sorpresivo de la UDI al protocolo levantaba serias sospechas. A ello se sumó una nueva rueda de prensa de las diputadas PC Karol Cariola y Camila Vallejo, quienes, con tono más severo, anunciaron que pidieron una reunión con el ministro de Hacienda, Alberto Arenas. "Cuando algunos tratan de subirse por el chorro de que esto reedita la política de los consensos, no nos parece bien, ni nos parece bien el acuerdo de manos arriba", dijo Cariola, en referencia al acuerdo de la Presidenta Michelle Bachelet con RN y la UDI por la reforma educacional de 2006, que hasta hoy es repudiado por los estudiantes.

Minutos más tarde, el diputado independiente y ex dirigente estudiantil Giorgio Jackson se plegó a los reparos: "El gobierno traicionó su programa. Y lo peor es que luego de discutirlo dos meses en la Cámara, se acuerda con cinco senadores". El radical Alberto Robles, en tanto, lamentó que el gobierno menosprecie el rol de la Cámara.

Para contener el malestar, asesores del Ministerio de Hacienda se desplegaron ayer en el Congreso para conversar con parlamentarios. Las gestiones, al menos, daban cierta tranquilidad al Ejecutivo de que tendría los votos para aprobar los cambios a la reforma en el Senado y la Cámara. Pero, paradójicamente, el cuadro también estaba desordenado en la Alianza, tras las críticas que lanzó el ex Presidente Sebastián Piñera en España a las reformas de Bachelet.

EL PIÑERISMO

En la firma del acuerdo del martes en la noche tampoco llegó a la fotografía del protocolo el presidente del PS, Osvaldo Andrade. Sin embargo, pese a los reparos que había en su colectividad, donde no descartan proponer algunos ajustes adicionales, ayer Andrade salió a dar su apoyo al protocolo de Hacienda y dijo que el "gran derrotado" era el ex Presidente Piñera. 

A juicio de algunos, el rol de Piñera generó un cuadro difuso en RN. Algunos diputados advertían que no aprobarían la reforma en tercer trámite, mientras José Manuel Edwards y Alejandro Santana dejaron su voto en suspenso.

En la misma línea, los representantes de Amplitud anunciaron que no apoyarán los ajustes. "Lo coherente es votar en contra", dijo la senadora Lily Pérez.

En la UDI, en tanto, si bien la mayoría de sus legisladores se alineó tras el acuerdo, hubo importantes disidencias, como la del ex senador Jovino Novoa, quien, según fuentes gremialistas, desechó el protocolo.

Las conversaciones del partido con el gobierno partieron hace tres semanas, con el senador Juan Antonio Coloma como interlocutor. En estas tratativas intervino el ex ministro Pablo Longueira, quien ofició como mediador entre el senador y el ministro Arenas.  Al final, el acuerdo fue respaldado por el presidente de la UDI, Ernesto Silva, quien fue el último en llegar a la fotografía del martes en la noche.

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