La victoria de Ignacio Casale
En su tercera presencia en quads en el Dakar, Ignacio Casale tocó el cielo. Estuvo cerca el 2013, cuando fue segundo detrás del argentino Marcos Patronelli, pero en 2014 le tocó celebrar. No fue fácil la tarea para el Perro, pero tras el día de descanso en Salta, arrasó con las etapas (ganó cinco de siete) y dejó la diferencia con el polaco Rafal Sonik en casi una hora y media. "No me imaginaba esto en mi vida hace un par de años", decía el piloto en la meta. En una Yamaha, Ignacio logró lo que ni Carlo de Gavardo ni Francisco Chaleco López pudieron conseguir: ser el único nacional en llegar a lo más alto del Dakar.
La última etapa de Chaleco López
En tres de las seis pruebas que López compitió en Sudamérica abandonó. Pero la que más dolió fue la última, la de 2014. En Salta, Chaleco perdió el control de la máquina, frenó tardíamente al llegar a la curva y se cayó a una quebrada de unos seis metros. Para López, ese Dakar era especial porque corría con los colores de KTM como piloto oficial. Además, se mantenía en la lucha por el título, aunque no había llegado aún a la jornada de descanso ni a Chile. Con la caída se acabó su presencia en el Dakar. "Estamos fuera de competencia. Es así la cosa, se rompió la moto, ya está", se lamentó esa vez.
Kuki Gardulski y el poder femenino
Josefina Gardulski en 2013 llamó la atención de todos al ser la primera mujer en competir como piloto en el Dakar. Lo hizo en una moto y aunque por sus resultados por etapa no deslumbraba, al menos cumplía con llegar a cada meta diaria. Pero había algo más que competitividad: camino a Córdoba, Kuki remolcó al también nacional Axel Heilenkotter, que había fundido el motor de su Sherco. En el proceso, la Yamaha de Gardulski se incendió y ambos abandonaron. Pero el gesto fue resaltado por muchos. Kuki no volvió en 2014, pero ya había hecho su historia propia.
De Gavardo y su polémica en autos
El Cóndor de Huelquén brilló en motos cuando el Dakar era africano (fue tercero en 2001), pero en Sudamérica y en autos la cosa cambió. En 2010, De Gavardo, quien corrió en una Hummer, recibió una ayuda de un millón de dólares de Sernatur, pero al tercer día fue descalificado por saltarse puntos de control. "El aporte era para que estuviera presente", se defendían en Sernatur, mientras que Eliseo Salazar criticó la idea: "Hablar de fracaso es poco", apuntó. De Gavardo volvió en 2012, pero duró dos días. Los autos finalmente no eran lo suyo en el Dakar.
La muerte golpea el suelo nacional
Aunque han sucedido varios casos, la muerte de un piloto en el Dakar golpea y fuerte. En Sudamérica no hubo excepciones y en Chile hubo uno de los cuatro decesos de competidores en este lado del mundo. En 2013, el francés Thomas Bourgin chocó en el paso de Jama contra una camioneta policial que venía en sentido contrario al galo. La organización aseguró que Bourgin, de 25 años, falleció en el acto. Antes, en 2009, Hugo Arancibia y Juan Arucutipa murieron cuando fueron chocados por un camión de insumos de la organización en la ruta entre Ovalle y La Serena.
Alta presencia de pilotos chilenos
La llegada del Dakar a Chile creó un boom de inscritos nacionales para correr la prueba. Las paradas africanas de Chaleco y De Gavardo dieron paso a presencias de los hermanos Prohens, Daniel Gouet, Jorge Latrach, Ignacio Casale y varios más, quienes engrosaron la lista de criollos. Desde la primera edición sudamericana en 2009, Chile ha tenido presencia destacada; de hecho, es uno de los cinco países con más competidores en cada año. El récord fue en 2013, cuando 39 pilotos tomaron parte en la travesía. Este año serán 25 los nacionales que arranquen en Buenos Aires.