Ha sido el minuto más contradictorio en la siempre codificada vida de Justin Bieber (19). Luego de que la semana pasada le revelara a la emisora Power 106 FM de Los Angeles que planeaba abandonar la música, consagrarse al golf y jubilarse cuando gran parte de sus coetáneos aún mira con distancia el mundo laboral, el miércoles 25, el canadiense anunció a través de su Twitter que se retiraba oficialmente del negocio, aunque luego, casi salpicando arrepentimiento puro, advirtió que jamás abandonaría a sus fanáticas y horas después hasta borró los mensajes.

De algún modo, el intérprete sucumbió a la misma dinámica de todas las figuras que juran bajar el telón: amenazas que siembran el pánico, pero que luego rematan en explicaciones que rozan el bochorno y que van desde maniobras comerciales hasta arrebatos de humor, con la consiguiente gira que diluye el adiós.

En los últimos años, Chile ha sido tierra fértil para las despedidas con elástico. Y el caso más emblemático lo protagonizó Charles Aznavour: el francoarmenio inició en 2005, en Nueva York, un tour del adiós que aterrizó en 2008 en Espacio Riesco, espectáculo antecedido por una cita con la prensa, donde aseguró que sería la última oportunidad de ovacionarlo en el país. ¿Resultado? El hombre de Venecia sin ti retornó un año después, argumentando que todo fue responsabilidad de los promotores y que él nunca le había puesto punto final a su trayectoria. De hecho, volvió en mayo pasado a Movistar Arena.

Igual de enmarañado fue el caso de Scorpions. En 2010, los alemanes subieron a su web un comunicado que oficializaba su "hasta siempre" y anunciaba una gira que llegó en septiembre de ese año a la capital. Como el cara a cara final con los fans había sido tan emotivo, el conjunto decidió extender su periplo, prometiendo que ahora sí se trataría de la última vez. De hecho, pasaron nuevamente a decirle chao a Santiago en septiembre de 2012. Tras haberse secado las lágrimas, los músicos lo repensaron y, en una reciente entrevista con la revista Classic Rock, dijeron que, después de todo, se dieron cuenta de que su base de fanáticos había crecido, por lo que lo mejor era no refugiarse aún en los cuarteles de invierno. Lo mismo ocurrió en el país con Camilo Sesto y Faith No More.

En el mundo, Cher ha realizado tres giras de despedida, en 2003, 2004 y 2005 (y aún sigue presentándose), mientras que Kiss, en 2000, inició lo que se promocionó como "el último tour" de la banda, apenas un descarado chiste ante los centenares de shows que han emprendido con posterioridad. Otros han cumplido de manera más honesta: Billy Joel prometió en 1993 que nunca volvería a grabar un nuevo álbum, lo que -salvo algunos coqueteos con la música clásica- ha cumplido.