El 15 de enero de 1986, en la sede de Cienfuegos 41, la dirigencia de Colo Colo presentó a Arturo Salah como el nuevo entrenador del equipo popular. La decisión generó la inmediata resistencia de los fanáticos albos, quienes tardaron años -con un par de títulos de por medio- en perdonarle al estratego su pasado vinculado a Universidad de Chile, con cuya camiseta anotó, el 3 de enero de 1981, el gol que dejó al "Cacique" fuera de la Copa Libertadores de la temporada siguiente.

Con custodia policial

Los primeros meses de Salah en la banca colocolina fueron los más complejos de su carrera. Además del rechazo de los aficionados, los resultados iniciales tampoco fueron los mejores. Varias veces el entrenador debió ingeniárselas para evitar las agresiones. "Recuerdo que los dos teníamos un Fiat 147. Yo, por hacerme el héroe, saqué el mío simulando que traía a alguien. Me destruyeron todos los vidrios del vehículo", rememora Jorge Vergara Núñez, uno de los responsables de la llegada del ex atacante azul a Pedrero. Con el paso de los meses, y la consecución del título en enero del año siguiente, la tensión disminuyó y hubo hinchas que le ofrecieron disculpas al DT.

Nadie se mueve

Renovar el plantel popular era la tarea que le había encomendado al nuevo entrenador la directiva de Peter Dragicevic. El plan incluía dejar partir a figuras consagradas como el arquero Roberto Rojas, los defensores Lizardo Garrido, Alfonso Neculñir y el volante Raúl Ormeño. "Jorge Vergara hizo una lista de 13 jugadores que debían partir y se la pasó a Salah. Roberto y yo estuvimos tres días en Calama, porque nos habían cedido a Cobreloa. Nos preguntó por qué nos queríamos ir y, cuando le explicamos que no era decisión nuestra, nos dijo que nos quería en el equipo. Esa actitud nos dejó claro que era un tipo correcto, y se ganó nuestro respaldo", recuerda Raúl Ormeño, quien en su carrera sólo vistió la camiseta de Colo Colo.

El otro Barticciotto

Aunque Marcelo Barticciotto es hoy uno de los principales críticos de la gestión de Blanco y Negro, precisa que su recuerdo de Salah sigue intacto. "Mi cariño hacia él no va a cambiar", advierte. El ex atacante recuerda que "él me trajo y me protegió. En un momento, quería volver a Buenos Aires, a cuatro meses de haber llegado. Arturo me preguntó qué podía hacer por mí y trajo a mi hermano Alejandro para que me acompañara. El vivía conmigo y me acompañaba. Incluso, concentraba y viajaba con nosotros. Una vez, Salah le dijo al 'Nano' Romero (Hernán, el utilero) que le pasara ropa para que entrenara con nosotros. Incluso, en un amistoso contra Ferroviarios le ordenó a 'Alejo' que calentara, porque iba a entrar. Y jugó".

Estudien todos

La relevancia que Salah le daba a la formación integral de sus jugadores es uno de los aspectos que recuerda Rubén Martínez, quien fue goleador del Campeonato Nacional en tres temporadas consecutivas (1989, 1990 y 1991). "Siempre estuvo preocupado por lo que hacíamos más allá de la cancha. Nos recordaba que la carrera del futbolista era corta y que al terminarla aún seríamos jóvenes. En ese sentido, daba facilidades para que todos los que quisieran estudiar, lo hicieran. Creía que ambas actividades eran compatibles. Los más jóvenes pudieron completar el Cuarto Medio, que en esa época era fundamental". La convivencia también era importante. "Pedía que todos llegáramos una hora antes del inicio de la práctica para compartir un café y conversar. Creó un clima muy agradable", agrega el trigoleador.

Cuando pudo irse

En dos oportunidades, antes de asumir en la Selección, Salah pudo dejar Colo Colo. En octubre de 1988, tras una caída categórica ante Cobreloa, renunció e, incluso, dejó la Región Metropolitana para refugiarse en Tongoy. En la Cuarta Región recibió un llamado clave. Era Fernando Riera, su mentor, quien lo instó a reconsiderar la decisión.

Dirigentes de la época agregan que un año más tarde, el estratego pidió autorización para viajar a Orlando, Estados Unidos, junto a su familia. Sin embargo, se habría reunido con emisarios de Tigres de Monterrey.

El 0-3 contra la "U"

Otro momento complejo del paso de Salah por los albos fue el 0-3 que le endosó Universidad de Chile, que dirigida por su amigo Manuel Pellegrini luchaba por evitar el descenso a Segunda División. La caída del 11 de enero de 1989, en la parte final del torneo de 1988, generó una violenta reacción de los hinchas del "Cacique", quienes quemaron sus banderas y destruyeron parte del sector norte del Estadio Nacional. Salah nuevamente debió evadir el enojo de los hinchas. Unos mil aficionados apedrearon los vestuarios y el bus. El entrenador, como en el comienzo de su gestión, salió escoltado por carabineros.

Los títulos

Cinco títulos celebró Salah en la banca alba. El DT se coronó en los campeonatos nacionales de 1986 y 1989. También obtuvo las copas Digeder de 1988 y 1989 y la Copa Chile de 1990. En el club popular le reconocen haber conformado el plantel que en 1991, con Mirko Jozic en la banca, obtendría la Copa Libertadores de América.