Es la miniserie más cara que se ha hecho en Chile, con dos millones de dólares invertidos, se estrena en septiembre y por estos días Mega revela las imágenes de Adiós al séptimo de línea, mientras el equipo se prepara para el tramo más complicado de las grabaciones, en cuanto a logística y despliegue técnico. Los actores y técnicos detrás de la pantalla, en junio se trasladan al norte para realizar las escenas correspondientes a las batallas de la Guerra del Pacífico, que se relatan en la novela de Jorge Inostrosa.
El equipo de más de 100 personas grabará en Arica, Iquique, Antofagasta y otras localidades aledañas. Para plasmar las escenas, el equipo se dividirá en dos unidades, una dirigida por Alex Bowen (Mi mejor enemigo) y otra por Diego Rougier (Casado con hijos). Según explica Bowen, si bien será un trabajo complejo, "estas tomas no son las más difíciles... Para mí, las más complejas son las de actuación intensa, porque esta es una historia más de emoción que de acción". Agragando que "como nos dividiremos en grandes unidades para poder abarcarlo todo, esto implica mucho trabajo de logística, por la cantidad de gente que se traslada".
El director cuenta, además, cómo se abordarán las escenas bélicas: "En las batallas optamos por utilizar efectos de posproducción en lugar de efectos especiales en vivo, porque estos son más lentos e inciertos. Preferimos utilizar los beneficios de la tecnología". Lo que también será modificado digitalmente serán detalles, como los cables del tendido eléctrico.
"Tratamos de que el ojo de la cámara no los capte. Por ejemplo, en la calle Baquedano, en Iquique, la municipalidad hizo un excelente trabajo de restauración, pero los cables tendremos que borrarlos por computación", señala Bowen. Donde sí se utilizarán efectos especiales, es para simular las explosiones, cuando se recree el desembarco de Pisagua que aparece en la novela.
El equipo ha recibido asesoría del Ejército en las grabaciones y el apoyo de los uniformados en cuanto a realizar algunas variaciones en pro de la historia. Esto sucedió con los uniformes de los soldados. "En Chile, Perú y Bolivia existía tal variedad de colores en los uniforme, que hubiese hecho inentendibles las escenas. Por eso tuvimos que igualarlos", dice Bowen.
El elenco se prepara con clases de manejo de armas y equitación para su viaje al norte. Fernanda Urrejola, la protagonista, cuenta que "es diferente leer el guión a ponerlo en escena. He estudiado mucho, ha sido un trabajo muy intenso y con muchos exteriores".
En tanto, Nicolás Saavedra, el otro integrante de la pareja principal de la trama, comenta que "estoy súper preparado, cuando hice Mi mejor enemigo (2005) tuve un pre-entrenamiento y ejercicio con los militares, que nos enseñaron el manejo de armas y las jerarquías". Con respecto a su preparación con la parte histórica, señala que "me conseguí la novela, antes de grabar recurro a ella como antecedente".
Algo similar ha hecho Dayana Amigo, que señala: "Para acercarme a la historia leí el libro. He visto algunos documentales y he hecho harta averiguación en internet". La actriz que interpreta a Clementina (una enfermera durante la guerra) comenta que le sorprende la minuciosidad con que se trabaja en el vestuario y maquillaje. "Los trajes son pesadísimos y los peinados y maquillaje están increíbles. No sé cómo se demoran tan poco (una hora) en terminarlos, son una maravilla", concluye.