En 2007 se produjo uno de los hitos más significativo en la industria de televisores: por primera vez los monitores LCD, de pantalla plana, superaban en ventas globales a los clásicos monitores CRT, pesados, gruesos y con la pantalla "inflada" que por décadas dominó el mercado audiovisual.
Sin embargo, dos innovaciones están marcando el regreso de las pantallas curvas: el vidrio flexible y las pantallas OLED, las que generan una visión más realista.
La forma cóncava, como en el cine, es la más adecuada para generar una visión panorámica, ya que se adapta a la forma que tienen los ojos para ver la realidad.
"El campo visual va más allá de los 180 grados y la vista se adapta mejor a un plano curvo, pero hasta ahora no era posible crearlos en las fábricas", explica Tomás Trench, gerente de Audio, Video y TV de Samsung Chile.
Hoy ello es posible gracias a la tecnología OLED, la nueva generación de iluminación de paneles de televisión que, además de ser más brillantes, también son más delgados, los que les permite adoptar formas menos rígidas que las del LCD o plasma y en tamaños más pequeños.
La segunda innovación que permite esta dualidad es la aparición del vidrio flexible, creado por Gorilla Glass y llamado Willow, que logra, pese a su delgadez, que las pantallas se mantengan firmes aun cuando el formato no sea recto.
En la feria CES de Las Vegas, tanto Samsung como LG presentaron televisores que, además de venir con resolución Ultra HD, son curvos. Un decisión cimentada en la experiencia previa con algunos celulares, diseñados así, para, por ejemplo, guardar más cómodamente un equipo o evitar que el reflejo de la luz afecte tanto al mirar una pantalla.
ALTO COSTO
Sin embargo, la tecnología tiene por ahora un alto costo: un televisor curvo vale hasta cuatro veces más que uno plano.
Además, está por verse, como ha ocurrido con otras innovaciones como la televisión 3D, si efectivamente esta nueva forma de ver TV se impondrá.
Una de las principales críticas tiene que ver con la ubicación de las personas. Más que ampliar el espectro, los televisores curvos mejoran el campo visual, pero para personas que estén demasiado en los costados, las imágenes se distorsionan.
La solución es tener un televisor más grande -superior a 80 pulgadas- o que el monitor sea flexible.
Esta última tecnología, en la que ya se trabaja, permite que sólo presionando un botón se pase de un monitor plano a uno curvo o al revés. Así, se podría, por ejemplo, adaptar el TV dependiendo del programa. Para un partido de fútbol, que por lo general es visto por mucha gente, se puede usar una pantalla plana. Para una película o videojuego, en cambio, se ve mucho más real en una curva, curvatura que se puede graduar dependiendo la cantidad de gente frente a la pantalla.
Y si bien la barrera del precio sigue siendo prohibitiva, se espera que en un año ya haya modelos que bajen del millón de pesos.