Al parecer, la tener un recuerdo de la máxima figura del fútbol mundial en la actualidad vale más que ganar un partido.

Después de la confusión protagonizada por los jugadores de Bayer Leverkusen por quedarse con la camiseta de Lionel Messi, Philippe Senderos ocupó una estrategia más inteligente para hacerse con el "gran premio"

El zaguero del Fulham, días antes del amistoso de la selección suiza frente a Argentina, disputado el miércoles pasado en Berna, llamó a Cesc Fàbregas, ex compañero suyo en Arsenal para que conversara con el argentino.

El español, muy amigo del rosarino, aceptó ayudarlo y le dijo que hablaría con el astro barcelonista. Al finalizar el partido entre ambos seleccionados, el suizo corrió en dirección de Messi y este, rápidamente, le entregó su uniforme.

El diario "Blick", de Suiza, conversó con el defensa, quién dijo que "esta joya va para mi colección personal", pese a que Senderos fue víctima de la habilidad del argentino en el partido que finalizó 3-1 en favor de la albiceleste con una actuación brillante de Messi.